¡¡Hola compañer@s!!. Hoy vamos a ver una sencilla pero a la vez importante labor que debemos hacer en nuestros huertos, y es la recogida de semillas de nuestros propios cultivos, porque aunque las semillas de venta en tiendas no son demasiado caras (por lo menos la mayoría), si que pueden venir tratadas químicamente, modificadas, hibridadas, etc., etc., y puede que esto no nos guste demasiado o porque hemos logrado cultivar alguna hortaliza fuera de lo normal y querríamos poder reproducirla año tras año; o simplemente, por el gusto de hacerlo.
También tenemos la opción de recoger semillas e intercambiarlas con amig@s y compañer@s de afición, de esta forma nos ayudamos unos a otros a tener nuevas variedades de hortalizas con seguridad y confianza.
Flores de rábanos |
Tal y como os decía, la última tanda que sembré se me pusieron, sobre el mes de marzo, fibrosos y duros, por lo que decidí dejarlos para semillas. Como llovió bastante hasta el mes de abril e incluso en mayo, no los regué para nada; los dejé abandonados a su suerte.
A primeros de abril, comenzaron a subir al tallo y a abrir las flores de los rábanos, con el consiguiente aumento de polinizadores en el huerto, cosa que me alegra mucho el ver tantas abejas a mi alrededor, así como abejorros y mariposas, libando en las flores.
Una vez que terminó la floración y cayeron los pétalos, se fueron formando las vainas donde se engendraron las redondas y pequeñas semillas de rábanos.
Una vez entrado mayo, ya hace bastante calorcito por estos pagos, así que al final de este mes ya teníamos prácticamente todas las plantas y vainas completamente secas y quebradizas.
Llegados a este punto, podemos comenzar a recoger las vainas, quitándolas de la planta seca y guardándolas para desgranarlas a continuación. Debemos desechar las vainas que sean muy pequeñas o estén ennegrecidas por hongos de humedad, o no nos gusten.
Ahora, dependiendo de la cantidad de vainas recogidas, optaremos por partirlas con los dedos una a una y recogiendo las semillas, o pisarlas en un capazo o cajón para luego tamizarlas y a continuación ponerlas al viento y que se lleve los restos de cascaras de las vainas. Esta operación, me contó mi gran amigo Isidro, agricultor profesional cuando joven, la hacía allá en su México natal, junto con sus hermanos, primero se peleaban con los pájaros para que no se las comieran y luego las venteaban en una carretera apartada, donde hacía mucho viento, y éste se llevaba las cascarillas, dejando las semillas limpias.
Algo muy importante que deberemos realizar cuando recojamos nuestras semillas, es hacerles un test de germinación para ver la viabilidad de las mismas, así no guardaremos semillas estériles.
Un método muy sencillo y que utilizo normalmente es, coger una bandeja de plástico, poner una servilleta de papel doblada y en medio colocar las semillas, luego mojar con agua la servilleta y taparla para que no seque.
Mantendremos húmeda la servilleta hasta que salgan los embriones de las semillas. De esta forma veremos si son buenas las semillas para plantarlas y el número (porcentaje) que germinan con respecto a las que pusimos.
Una vez que tengamos las semillas limpias y testeadas, no quedará más que guardarlas en un frasco, bote, sobre, etc., pero bien secas, en un lugar fresco y que no reciba luz.
Hasta pronto y sed felices
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2 comentarios:
Una vez que las hemos testeado y han germinado, cómo hay que proceder para conservarlas hasta que las queramos plantar? Gracias
Saludos.
Una vez que las semillas están secas se guardan en un frasco que cierre bien, para que no entre humedad, y se coloca en un sitio oscuro y fresco, así duran varias temporadas.
Si necesitas más ayuda me encontrarás en mi canal youtube todos los días
https://www.youtube.com/c/Jos%C3%A9AntonioCatal%C3%A1n-El_Huerto_de_Jose_Antonio-/videos
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