martes, 31 de mayo de 2022

Cultivo de nabos.

CULTIVO DE NABOS




     Hola querid@s amig@s. Hoy vamos con una nueva entrada sobre una modesta hortaliza "El Nabo", que dio sustento a las personas y animales durante milenios, pero fué expulsada y sustituida en las cocinas por la papa, traída de América por los Españoles en el siglo XVI y que poco a poco terminó con el cultivo de este para consumo humano, aunque aún hay zonas donde se cultiva y consume.

El origen de este raíz engrosada, de la familia de las Brassicas, parece ser que es de Asia, al haberse encontrado evidencias de su cultivo en la India hacia el siglo XV a.C., aunque también se han encontrado en pinturas del antiguo Egipto de más de 2000 años a.C. Pero fueron, primero los Griegos y después los Romanos los que lo cultivaron y extendieron su uso y consumo por todo el Imperio.  

Esta planta, cuyo nombre científico es Brassica rapa subespecie rapa, es bienal aunque cultivada como anual, de raíz engrosada (que no tubérculo) y comestible, que pueden ser de color blanca hasta violeta su piel y de blanquecina a amarillenta su carne, con hojas basales verdes con algunos pelillos y tallo que puede llegar hasta 1 metro de alto de donde saldrán las flores y producirán los frutos.

Para empezar diré que es un cultivo que necesita un clima fresco y húmedo, no siendo conveniente cultivarlo durante épocas calurosas, y tampoco le gustan las heladas, aunque hay variedades que las resisten perfectamente.

El suelo idóneo es uno suelto, ligero a medio y rico en materia orgánica, aunque se desarrolla bien en otros tipos de suelos, pero es importante que drenen bien, y siendo el pH idóneo el comprendido entre 6,5 y 7. Este cultivo no tolera la salinidad ni los suelos estercolados recientemente.

Los riegos son importantes para este cultivo, necesitando que el suelo tenga siempre algo de humedad, aunque no admite suelos encharcados. La sequía en el suelo provocará la subida prematura a flor de la planta. En zonas con exceso de lluvias será mejor plantarlos en caballones.

El cultivo del nabo requiere de una buena iluminación durante todas las fases de su desarrollo, así la falta de luz provocará el aumento de las hojas en detrimento de la raíz.

El ciclo vegetativo del nabo es bastante corto, siendo la media de unos tres meses, según época de siembra, acortándose el tiempo en épocas cálidas hasta algo más de 50 días y alargándose cuanto más fría sea la zona. 

Las mejores épocas de siembra son después del verano (sept./oct.) para el cultivo de invierno y en primavera (mar./abr.) para recoger en verano, pero todo dependerá del clima de cada zona y de las variedades, pudiéndose sembrar durante todo el año en zonas más frías. La temperatura óptima de crecimiento está comprendida entre los 15 o 20º C.

Previamente a la siembra de las semillas habremos realizado unas pasadas con la moto-azada para dejar la tierra suelta y esponjosa, donde la raíz engordará sin dificultad. En la luna menguante, esparciremos las semillas a voleo sobre la tierra y las enterraremos unos dos centímetros, luego regaremos y mantendremos la tierra húmeda hasta la germinación de las semillas, que ocurrirá en pocos días, según las temperaturas ambientales y del suelo. También se pueden sembrar en líneas 

Una vez que germinen las semillas se puede hacer un raleo para dejar una distancia de unos 15 centímetros entre plantas y 40 o 50 cm. entre filas, así será fácil hacer escardas para quitar las plantas adventicias, pero si lo hemos sembrado a voleo esta operación será más difícil o no podremos hacerla, pero como crece rápidamente tapará con sus hojas a las malas hierbas y estas se desarrollarán mal.

El sabor, textura y tamaño varía mucho según el terreno y clima donde se cultiven, no siendo conveniente el exceso de calor, alargar demasiado su cultivo, ni dejar que engorden en exceso la raíz para que no se vuelvan fibrosas y duras.

Entre las enfermedades y plagas que pueden atacar a este cultivo están:

Enfermedades:

  • Mildiu.
  • Potra o hernia de la col.
  • Roya blanca.
  • Rhizoctonia solani.
Plagas:
  • Mosca de la col.
  • Orugas de las brassicas.
  • Pulgones.
  • Gusanos de alambre.
  • Baris y minadores.
Una vez que cosechemos los nabos los dejaremos un para de días para que sequen y luego cortaremos las hojas, meteremos en bolsas perforadas en el frigorífico, donde pueden aguantar hasta 3 semanas. Existe una forma ancestral de conservarlos todo el año, entre capas de paja y cubiertos con tierra, que si estáis interesados, podéis consultar en la página de La Cofradía de los Amigos de los Nabos. Pincha aquí.

En cocina, esta hortaliza se ha empleado desde siempre para elaborar ricas sopas, cremas, en guisos o potes con partes del cerdo, rellenos con carne picada, guisos de alubias, etc., además sus hojas son comestibles (nabizas y grelos) con las que se elaboran y acompañan a ricos platos 
El consumo de esta hortaliza nos aporta muy pocas calorías, pero si mucha fibra y vitamina C, aunque las hojas tienen aún más, rico también en vitamina B9, y en minerales como el potasio, el sodio y el calcio. Sus compuestos azufrados ayudan a desintoxicar nuestro organismo, es antioxidante, regula la función intestinal, disminuye el colesterol malo, favorece la protección del sistema cardiovascular y tiene efectos probióticos que favorece la flora intestinal entre otros beneficios.

Bueno amig@s, esta humilde hortaliza, caída en desgracia desde la entrada de la patata, vuelve a resurgir hoy en día por sus cualidades nutricionales y beneficiosas para el organismo humano, además es fácil de cultivar y se aprovecha casi todo de ella, por tanto desde aquí os animo a cultivarlo y consumirlo, para así honrar al nabo.

Hasta pronto y sed felices.

🌱🌱🌱🌱🌞🌱🌱🌱🌱