martes, 22 de enero de 2019

Desinfección de semillas.

DESINFECCIÓN DE SEMILLAS






¡¡ Hola mis querid@s amig@s !! 

     Hasta ahora habíamos visto en anteriores entradas cómo conseguir semillas de nuestros diferentes cultivos y posterior almacenamiento, pero no habíamos hablado de algo que puede terminar con nuestro cultivo poco después de sembrar y germinar las semillas o durante el crecimiento de las plantas, y son las enfermedades debido a hongos y otros patógenos que vienen fijados en las mismas.

De forma industrial, algunas empresas que comercializan las semillas tratan a muchas de ellas con productos químicos y otros medios para desinfectarlas, pero que a los que tenemos un huerto orgánico, no termina de gustarnos o simplemente no las utilizamos.

Dado que las semillas que hemos guardado con tanto esmero y cariño, pueden estar contagiadas por algún patógeno, y no queremos que nuestros cultivos lo padezca, deberemos de desinfectarlas antes de guardarlas para futuras siembras. Para efectuar esta desinfección tenemos dos métodos muy sencillos y al alcance de tod@s, y estos son:  con agua caliente  a una temperatura determinada, o con lejía (cloro); pero no podemos sumergirlas y listo, deberemos proceder de las siguiente forma:

Método con agua caliente.

  1. Deberemos introducir las semillas en algún tipo de contenedor, como pueden ser: una gasa, una bola de infusión, una criba, cedazo, etc., pero debemos tener presente que las semillas tienen que quedar sumergidas en el agua.
  2. Ponemos a calentar dos recipientes, uno a 37º C. y otro a 50º C. (no todas las semillas hay que tratarlas a esta última temperatura. Ver tabla).
  3. Primero sumergimos para atemperar las semillas en el recipiente a 37º C. y las dejaremos ahí por un período de 10 minutos. Esta temperatura y tiempo es preceptivo para todas las semillas por igual.
  4. Una vez pasado los 10 minutos las sacamos e introducimos rápidamente en el otro recipiente que tendrá la temperatura recomendada en la tabla para cada semilla, y las dejaremos ahí los minutos que igualmente figuran en la tabla.
  5. Una vez pasado los minutos, las sacamos y meteremos en agua fría, o bajo el chorro de un grifo, durante 5 minutos.                                            
  6. Las sacamos del agua y listo, ya las pondremos a secar y una vez que estén bien secas procederemos a guardarlas de la forma que acostumbremos, bolsitas plásticas, sobres de papel, etc., en un lugar fresco y sin luz.

Como veis es un método muy fácil para dejar a nuestras semillas bien desinfectadas de bacterias y hongos externos, o sea, pegados en la cascara o testa que envuelve al embrión. 



Método con lejía (cloro). Esta forma de desinfectar nuestras semillas es igual de fácil y más rápido que el de agua caliente, y procederemos de la siguiente manera:

  1. En un recipiente pondremos y mezclaremos en proporción de una parte de lejía doméstica y cuatro de agua, o sea 1/5 de lejía y 4/5 de agua.
  2. Metemos las semillas en el contenedor y las sumergimos en esta disolución durante 1 minutos, agitándolas un poco.
  3. Las retiramos y metemos en agua fría o bajo el chorro de un grifo durante 5 minutos.
  4. Sacamos y ponemos a secar las semillas, para guardarlas posteriormente como acostumbremos a hacerlo.

Hay que tener en cuenta varias indicaciones para no perder las semillas, o mejor dicho, para que sigan siendo fértiles y viables para futuros cultivos:
  • No efectuar estos métodos a semillas viejas.
  • Las semillas no pueden estar apretadas en el contenedor, para que el agua circule bien entre ellas.
  • Respetar temperaturas y tiempos para cada especie de semilla.
  • No emplear el método de agua caliente con las cucurbitáceas, exceptuando al pepino.
  • No realizar los dos tratamientos a las mismas semillas.
  • La lejía (doméstica) no debe tener colorantes ni perfumes.
  • Es recomendable efectuar pruebas de germinación antes y después del tratamiento para ver la diferencia en porcentaje de germinación, que debe ser muy baja (sobre el 5%).
  • Al efectuarles estos tratamientos, las semillas pueden tardar un poco más en germinar.
  • El uso incorrecto e inexacto de los métodos de desinfección pueden acarrear la muerte de las semillas, por lo que cada uno debe ser consciente de realizar, o no, estos tratamientos.

Listo amig@s, como veis son dos métodos muy sencillos de realizar y de muy bajo coste, para dejar desinfectadas a las semillas que con tanto cuidado recolectamos de nuestros cultivos del huerto.

A continuación os dejo una tabla con los tiempos en minutos y las temperaturas en grados centígrados necesarios para desinfectar cada tipo de semilla. 


TABLA DE TIEMPOS Y GRADOS CENTÍGRADOS PARA DESINFECCIÓN DE SEMILLAS CON AGUA CALIENTE.
Semillas
Tiempo min.
Grados
Repollo
25
50
Coliflor
20
50
Brócoli
25
50
Coles de Bruselas
25
50
Berza
20
50
Col China
20
50
Apio
25
50
Zanahoria
20
50
Col rizada
20
50
Berenjena
25
50
Ajo
20
49
Lechuga
30
48
Mostaza, berro, rábano
15
50
Menta
10
44
Cebolla
60
46
Pimiento
30
51
Colza
20
50
Espinaca
25
50
Tomate
25
50
Nabo
20
50
Pepino *
20
50



* Otras cucurbitáceas podrían dañarse al tratarlas con agua caliente. Deben desinfectarse con lejía.


Bueno, espero que os guste y sirva esta entrada y hasta pronto compañer@s


🌻 🌻 🌻 🌻 🌻  😎  🌼 🌼 🌼 🌼 🌼






Ref. Datos extraídos de hoja informativa elaborada como parte del proyecto de Buenas Prácticas Agrícolas de LSU AgCenter, financiado por el Departamento de Agricultura y Silvicultura de Luisiana. USA. y vídeo sobre el tema realizado por la Universidad del Estado de Ohio (College of de Food, Agricultural, and Environmental Sciences).

martes, 1 de enero de 2019

Cultivo del rábano negro.

EL RÁBANO NEGRO






     Estimad@s amig@s, aunque ya hemos hablado en este blog sobre los rábanos, tenía que hacer una entrada especial a una variedad de ellos, por sobresalir de entre todos, y por eso hoy les quiero hablar del rábano negro (raphanus sativus var. niger), una de las hortalizas de la familia de las brassicas, olvidada durante mucho tiempo y no muy conocida, con buenas propiedades nutricionales, pero sobre todo terapéuticas.

Esta hortaliza es conocida desde hace milenios por los pobladores de lo que hoy en día es China, para curar trastornos relacionados con el aparato digestivo y fiebres, también hay constancias en jeroglíficos egipcios de estos rábanos empleados para uso terapéutico, cosmético y de alimentación. Pero fueron las otras dos grandes civilizaciones, griegos y romanos los que los emplearon, y expandieron su cultivo y usos por toda Europa.

Para empezar, el cultivo es muy sencillo, como el del resto de variedades de rábanos. No les gustan las épocas calurosas, por lo que los planto desde octubre hasta abril, porque desde mayo hasta septiembre en esta zona hace bastante calor y no se dan bien, aunque en otras latitudes será al contrario.
El suelo ideal para el cultivo del rábano es profundo, suelto y fresco, al que le habremos incorporado estiércol o compost, así aumentará la retención de agua y nutrientes, aunque a la vez tiene que drenar el exceso de agua para evitar encharcamientos. Por lo general es un cultivo que se adapta bien a muchos tipos de suelos, pero con exposición soleada.


Comienzo, una vez que llegan las primeras lluvias y el suelo se puede trabajar, a hacer una pasada con la motoazada para romper esa primera capa que se ha compactado durante el verano, añadiéndole a continuación un poco de estiércol pasado y vuelvo a efectuar un par de pasadas para enterrarlo y dejar el terreno suelto y mullido, y listo para recibir las semillas.

Pasadas unas semanas, rastrilléo el suelo para que quede lo más nivelado posible; luego esparzo a voleo las semillas por la zona de siembra, lo más separadas que puedo, y a continuación meneo muy superficialmente con el rastrillo la tierra para que cubra un poco a las semillas. Durante varios días, si el tiempo no está lluvioso, efectúo un ligero riego por aspersión para que la tierra no quede seca, sobre todo la superficial donde están las semillas.

Si todo marcha bien, en unos tres o cuatro días brotarán las primeras plantitas de nuestros futuros rábanos. A partir de aquí poco tendremos que hacer por nuestros rábanos, sobre todo si las lluvias hacen su aparición de vez en cuando. Lo ideal es que el tiempo esté lluvioso y así prácticamente nos olvidaremos de los rábanos, simplemente haremos un aclareo de plantitas, si queremos, y poco más, y dado que las hojas crecen rápido, y cubrirán el terreno, las malas hierbas crecen poco, evitándonos tener que arrancarlas. Yo no efectúo aclareo y los dejo crecer tal cual.

Si el tiempo no es lluvioso, o los sembramos en una época de pocas precipitaciones, entonces tendremos que efectuarle al cultivo riegos ligeros pero frecuentes para mantener el suelo con humedad y fresco.
En 60 días ya tenemos los primeros rábanos negros listos para consumir. Para recolectar lo rábanos esperaremos que sobresalgan del suelo la parte superior y tengan un diámetro de al menos 4 cm. y antes de que comience a formar el tallo floral, o su carne se pondrá dura y fibrosa, o se ahuequen. Los iremos recolectando a medida que los vayamos consumiendo, así tendremos rábanos frescos durante unas cuantas semanas.

Los podemos consumir crudos, en rodajas o rayados, solos o añadidos a ensaladas, aunque también se pueden consumir cocidos en sopas. Son ricos en fibra y contiene algunas vitaminas del grupo B, así como C., contienen mucho potasio y yodo, asimismo tiene dosis de calcio, fósforo, hierro y magnesio, además de azufre.


Como decíamos al principio, el rábano negro tiene muchas propiedades terapéuticas, conocidas desde la antigüedad y refrendadas hoy en día por la medicina moderna y diversos estudios. Principalmente es beneficioso para la desintegración de cálculos biliares de colesterol, ayuda a la función biliar y hepática, y reduce el colesterol en la sangre, pero por si esto no fuera suficiente, también es: (1)
  • Diurético: estimula la eliminación de líquido retenido en el cuerpo y por tanto la expulsión de sustancias tóxicas acumuladas en el organismo.
  • Depurativo: Depura la sangre y las mucosas intestinales y grástrica.
  • Digestivo: Estimula la producción de jugos gástricos, facilita la digestión y estimula los movimientos naturales de los intestinos. Alivia el estreñimiento, ayuda a mantener sana la flora intestinal, ayuda a combatir diarreas e infecciones intestinales.
  • Cardioprotector: Al incitar a la expulsión de orina, disminuye la tensión arterial y aumenta la diuresis, eliminando del cuerpo sustancias inductoras a complicaciones cardiovasculares. Además, el potasio y otras sustancias favorecen la buena circulación sanguínea. Contiene potentes antioxidantes que actúan frente a los radicales libres, lo que reduce el riesgo cardiovascular y cerebrovascular.
  • Inmunoestimulante: Se considera que contribuye a prevenir el desarrollo de numerosas dolencias degenerativas al evitar el daño celular, asimismo se le considera un potente antimicrobiano y que sus principios activos neutralizan patógenos como bacterias, virus y hongos, que se albergan principalmente en las mucosas de los riñones, vías urinarias, vejiga, estómago y vías respiratorias, por lo que el zumo de rábanos se ha tomado tradicionalmente para prevenir y aliviar los síntomas de resfriados, gripes y bronquitis. 
  • Anticancerígeno: Al igual que las demás hortalizas de la familia de las brassicas, el rábano contiene sustancias como el -sulforafano- que combaten el cáncer, por lo que el consumo de rábano puede ayudar a prevenir cánceres de diferentes tejidos. 
Y además, favorece la expectoración en dolencias respiratorias, ayuda a mejorar el acné, ayuda a perder peso por la eliminación de líquidos y grasas acumuladas, combate la anemia gracias a sus vitaminas y minerales, es relajante y facilita el sueño, usado de forma tópica es un calmante de inflamaciones osteoarticulares, el lavado con su jugo o en cataplasma se usa en heridas, eccemas y quemaduras de la piel.
En resumen, el rábano negro es un excelente remedio natural para mantener la salud y ayudar a prevenir muchas dolencias de nuestro organismo, exceptuando su consumo en crudo si se padece gastritis o úlcera gastroduodenal.

Como veis amig@s, los rábanos en general y los negros en particular son unas hortalizas fáciles de cultivar en nuestros huertos, no necesitando mucho espacio para ello, y además su consumo regular nos ayudará a mantener sano a nuestro cuerpo, por lo tanto os animo a plantarlos y consumirlos, así además de ser una placentera distracción puede ayudarnos a reducir el consumo de fármacos químicos para combatir algunas enfermedades.

Bueno compañer@s, espero que os sirva esta entrada y hasta pronto. 

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(1) De la revista Discovery Salud. Revista 109. Oct-2008.