domingo, 20 de febrero de 2022

El Compost.

EL COMPOST



     ¡¡ Hola amigos !!. Desde que comencé hace ya bastantes años con mi huerto siempre he reciclado todos aquellos desechos orgánicos que salen de el para volver a emplearlos en la fertilidad del suelo, al igual que pasa en la naturaleza donde se va apilando todo lo que muere de los árboles o de las plantas silvestre, se acumula año tras años y forman una capa que se va descomponiendo y enriqueciendo el suelo con el humus que se genera.

La agricultura intensiva, basada en los abonos químicos, hace que año tras año el suelo de cultivo vaya perdiendo materia orgánica, con lo que estos se empobrecen y dejan de ser fértiles, desapareciendo la vida encargada de descomponer esta materia orgánica, que son los hongos, bacterias, actinomicetos y lombrices, transformadores de la misma en humus.

Todos estos residuos del huerto, e incluso los que generamos en las cocinas de nuestras casas, que sean orgánicos, se pueden amontonar y por medio de un proceso biológico de degradación, donde intervienen los hongos, bacterias y lombrices de tierra, lo convertirán en lo que llamamos el compost, que no es nada más ni menos que un sustrato oscuro de una alta calidad nutricional para las plantas y que mejora la textura del suelo y la retención de agua.

Para acumular todos los residuos que vamos a emplear para hacer compost no hacen falta complicados cajones ni artilugios, basta con dejarlos en una pila amontonados unos sobre otros, eso si, sobre la tierra, o perimetrarlos con mallas, lonas, palés, etc., que sean de fácil construcción y apertura. Es ideal resguardar el compostador, por lo que lo situaremos bajo árboles, en un rincón protegido del frío o mucho sol, tapado cuando llueve mucho, etc.

Una vez que tengamos instalada la compostera, empezaremos a echar en ella materia orgánica lo más variada posible, así tendremos un abanico de minerales muy amplio para la correcta nutrición de las plantas. Conviene poner en la base de la compostera los restos más gruesos y lentos de descomponer. 

Entre otros materiales iremos echando:

  • Partes desechadas de nuestros cultivos, una vez cosechados.
  • Restos de poda lo más triturado posible.
  • Paja desechada de alimentación de animales.
  • Hojas caídas de los árboles.
  • Césped segado.
  • Recorte de setos.
  • Restos de malas hierbas.
  • Estiércol de animales y restos de sus camas.
  • Cartón limpio de embalajes.
  • Papel limpio (sin tratamientos plásticos ni tintes).
  • Serrín y virutas de madera. 
  • Trozos de telas naturales (no teñidas)
  • Plumas de aves y pelos.
  • Desechos de cocina, como restos y mondas de verduras y frutas, cáscaras de huevos, huesos de frutas y aceitunas, pozos de café, etc.

Está totalmente contraindicado echar las heces de perros y gatos, restos de carnes y pescados, grasas, revistas, colillas de cigarrillos, plásticos y telas sintéticas, materiales inorgánicos, restos de cultivos infestados, cenizas, restos de madera de aglomerado, vidrio, envases, etc.

A medida que vayamos echando materiales a la compostera, intentaremos mezclar, removiendo un poco con un palo u horca, los residuos nuevos con los que están fermentando, así se acelerará el proceso de descomposición y evitaremos que algunos restos se apelmacen demasiado con la consiguiente falta de oxígeno.

La compostera no debe desprender mal olor nunca, si esto ocurre será por haber introducido algo que no deberíamos. También tiene que tener humedad el material para que hongos, bacterias y lombrices puedan vivir y lo descomponga, pues si falta humedad nunca se degradará bien, por lo que deberemos vigilarlo y caso de estar seco mojarlo, pero sin pasarnos o convertiremos el proceso en anaeróbico y mataremos a los microorganismos y no se realizará el compost.

En estudios científicos realizados en Inglaterra de los biorresíduos añadidos a la compostera, se aprecia que durante el compostaje se pierda más del 50% del peso del material y más del 60% de su volumen, aunque puede haber una variación dependiendo de la forma de compostar y el material que se agregue.

El proceso de compostaje es algo que se produce muy lentamente, en los que el material va pasando por varias fases donde se produce calor, para luego estabilizarse hasta alcanzar la homogeneidad y textura deseable, pero todo dependerá del material introducido, pues si solo echamos hojas de árboles y restos de hierbas, pues tendremos un compost rápido, pero si son materiales gruesos de difícil y lenta degradación puede durar muchos meses en estar disponible. Normalmente un compost joven tarda entre 2 y 6 meses en estar listo, pero un compost maduro tardará más de 9 meses en estar dispuesto.

Para que el compost realice su misión de enriquecer el suelo debe estar maduro, con aspecto de tierra muy oscura, donde no se reconozcan los materiales que hemos añadido, pues de lo contrario será un compost fresco que servirá más como acolchado o mulching, y que aunque beneficia al suelo necesitará de la degradación completa del material para aportar nutrientes a los cultivos.

Bueno amigos, espero os sirva esta entrada para que elaboréis este magnífico abono de fondo para vuestros cultivos, y para finalizar deciros que aunque estemos en la época de la inmediatez, la realización de compost maduro es un proceso lento, por lo que deberemos tomarnos nuestro tiempo en su elaboración, desterrando mitos que existen en la web de hacer compost en dos semanas y cosas semejantes. Dejad las prisas para otros momentos y dejemos trabajar tranquilos a nuestra queridos microorganismos biológicos y lombrices en la transformación de desechos y residuos en materia viva.

Hasta pronto y sed felices.

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