jueves, 20 de octubre de 2022

El bostol. Fertilizante orgánico.

Preparación de bostol
 EL BOSTOL


FERTILIZANTE ORGÁNICO



     Saludos amig@s y compañer@s. En esta entrada vamos a preparar uno de los mejores fertilizantes orgánicos que he probado, y es el "bostol", cuyo nombre vendrá posiblemente, y no creo equivocarme 😃, de bosta o excremento de vaca o caballo. También se utiliza como repelente de algunas plagas.

Os diré que este preparado fertilizante orgánico está recogido, junto con otros, en publicaciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) para ayudar a campesinos de todo el mundo a no depender de abonos de síntesis.

Bueno, su elaboración es de las más sencillas de realizar y sus componentes los tenemos a mano casi todos nosotros, además nos saldrá por unos céntimos.

Para empezar necesitaremos los siguientes productos: agua limpia, estiércol fresco de animales de granja, pero no de perros y gatos, ceniza de madera, leche, azúcar y plantas silvestres que recogeremos del huerto o alrededores, tales como ortigas, consueldas, manzanillas, borrajas, etc. porque tienen un alto contenido en minerales.

Dispondremos un bidón o recipiente grande que llenaremos de agua limpia, y dependiendo de los litros que contenga así iremos echando en proporción los demás elementos que tenemos para hacer el bostol. Pero las cantidades para hacerlo son para 180 litros de agua, echaremos 30 kilogramos de estiércol fresco, 1 kilogramo de azúcar, 1 litro de leche, 10 kilogramos de cenizas y una buena cantidad de plantas.

Al no disponer de un recipiente tan grande he optado por un cubo de basura de comunidad con 80 litros de agua, a los que he añadido por tanto y en este orden, en proporción, los demás productos, así he echado 13 kilos de estiércol fresco de caballo, 4,5 de cenizas, 500 gramos de leche, un poco menos de 500 gramos de azúcar, y un cubo lleno de ortigas. A medida que los iba agregando he ido meneándolo todo muy bien. 

Con el estiércol fresco añadimos al preparado microorganismos beneficiosos y muchos nutrientes para las plantas; luego con las cenizas aportamos elementos minerales; el azúcar es un elemento rico en energía para la reproducción de microorganismos en grandes cantidades; la leche lo que hace es inocular lactobasilos que son productores defensivos naturales, y por último echaremos las plantas frescas recolectadas que aportarán sustancias activas, minerales, hormonas y vitaminas, beneficiosas para las plantas de cultivo.

Una vez todo añadido deberemos dejarlo en el cubo por un período de unos 30 días, removiéndolo muy bien todos los días y a poder ser varias veces. Lo dejaremos tapado para que no caiga nada o se llene con la lluvia.

Recomiendo que el bidón quede al aire libre donde no producirá olores excesivos, porque en un lugar cerrado el olor puede ser un poco fuerte.

Pasado lo 30 días en los que no habremos parado de removerlo, el bostol quedará totalmente homogeneizado, aunque puede haber algún resto de plantas en el fondo, los demás elementos estarán bien ligados, y ya tendremos un gran fertilizante para nuestras hortalizas del huerto, aunque hay que mezclarlo con agua para poder echarlo a los cultivos.

Para fertilizar los cultivos cogeremos 1 litro de bostol por 4 a 10 litros de agua limpia, que será en función de los nutrientes que tenga la tierra de cultivo, así si tenemos un suelo pobre echaremos menos agua (4 litros) y al contrario, si tenemos una tierra buena pues echaremos más litros de agua. Lo mezclamos todo en un cubo, meneándolo muy bien y ya podremos ir añadiéndolo a los cultivos, o a las plantas ornamentales de nuestro jardín, que también vale perfectamente, cada dos semanas.

Si queremos utilizarlo como abono foliar, pues también podemos hacerlo, y para ello mezclaremos 1 litro de bostol por cada 3 litros de agua. Lo mezclaremos muy bien y antes de meterlo en los pulverizadores hay que filtrarlo muy bien para que no atasque las boquillas. Os diré que no se debe utilizar como abono foliar si falta poco para la recolección de frutos u hojas que se van a consumir.

El bostol nos podrá durar varios meses si lo guardamos en la sombra en un lugar fresco, como cuartos de apero, estancias, etc.; el caso es que no le de sol o lo estropeará.

Para rematar os diré que además de nutrir a nuestras plantas cultivadas, el bostol le dará vida al suelo, algo tan o más importante que la fertilización de los cultivos, pues estas bacterias que el bostol aporta mejorarán el suelo.

Bueno amig@s, espero que si podéis hagáis este preparado biológico en lugar de comprar productos químicos de síntesis, que aunque proporcionan nutrientes a las plantas rápidamente, a la larga empobrecerá la tierra matando la vida del suelo, dejándolo estéril.

Nada más y hasta otro día.

 Sed felices.

🍅 🍉 🍊 🍋 🍒 🍎

miércoles, 20 de julio de 2022

Pitahaya.

 LA PITAHAYA

CUIDADOS Y NECESIDADES EDAFOCLIMÁTICAS



     Saludos amig@s. En esta nueva entrada quiero hablaros de una planta americana que poco a poco se está introduciendo en nuestros huertos y cultivos desde hace unos años, y es la pitahaya cuyo nombre científico es "Hylocereus undatus" la más conocida de ellas, aunque hay otras variedades.

Esta planta es un cactus de selva que da una fruta magnífica llamada "fruta del dragón", y es originaria de América central y México.

Este cactus lo forman unas ramas-hojas llamadas "Cladodios", que pueden medir desde 15 cm. hasta los 2 metros de largo, tienen sección triangular con espinas, separados unos de otros por un pequeño tallo.

Las raíces primarias están bajo tierra a una profundidad de entre 5 y 25 centímetros y cubren unos 30 cm. alrededor de la planta. Las secundarias son con las que se agarran a otras plantas y árboles para sostenerse, pero también les sirven para recoger humedad ambiental y nutrientes.

Su flor es espectacular, de unos 33 cm. de larga, y es hermafrodita, aunque se polinizan también con otras plantas. Es de color verde y pétalos blancos, siendo flor de una sola noche, abriendo al anochecer y cerrándose a primeras horas de la mañana. En sus zonas de origen son polinizadas por una variedad de murciélagos. Las cultivadas en otras zonas tienen que ser polinizadas manualmente.
Esta flor, que se producen normalmente al 2º año de la plantación, da lugar a un precioso y rico fruto, que dependiendo de la variedad tendrá un color u otro.

La pitahaya es muy rústica, y se adapta a casi todo tipo de suelos, pudiendo vivir en los secos, pobres y pedregosos, aunque prefiere los francos-arenosos, con materia orgánica, húmedos y con buen drenaje. El pH óptimo está comprendido entre 5,5 y 6,5; como veis un poco ácido.

Las temperaturas óptimas de cultivo están comprendidas entre los 20 y los 30 grados centígrados, y puntualmente pueden aguantar los 5 ºC. y hasta los 40 ºC., pero a partir de -2 ºC. la planta muere.
En cuanto a los riegos, se estima que pueden estar comprendidos entre los 16 litros semanales en verano y 8 litros en inviernos, promediando entre estas cantidades en las estaciones intermedias. Huelga decirlo, pero en caso de lluvias no se regará. Decir también que es muy sensible al encharcamiento.

A la pitahaya le gusta la luz indirecta, dado que vive en su estado natural bajo la copa de los árboles, por lo que hay que tener cuidado de no exponerlas al sol pleno y procurarles algo de sombra, sobre todo en las horas centrales del día en verano, puesto que puede quemarlas.

Esta planta necesita buenos tutores para ser aguantada, puesto que en estado salvaje vive enredadas en árboles donde se aguantan con las raíces secundarias que va echando. Para dar forma a esta planta iremos dejando al principio solo un tallo vertical hasta una altura, como hemos dicho, de unos dos metros (o altura del tutor), para lo cual iremos quitando todos los cladodios laterales y al llegar a dicha altura lo cortaremos para que ramifique. Luego iremos aclarándola, quitando los cladodios improductivos y entrecruzados, sobre todo en la parte más baja, así se aireará y evitaremos enfermedades fúngicas y mejor manejo a la hora de polinizar las flores.
Los principales elementos necesarios para su crecimiento y desarrollo son Nitrógeno y Potasio, que son los que les suministraremos en mayor medida.

Su reproducción se realiza normalmente por esquejes, aunque también por semillas, pero este es un proceso muy lento. Los esquejes enraízan con mucha facilidad en un sustrato que drene muy bien.

En cuanto a enfermedades y plagas, esta planta se encuentra libre de ellas por ser una especie importada, aunque puede sufrir pudrición del tallo que corregiremos cortando la parte afectada.

Entre las variedades más conocidas de pitahayas están la Hylocereus undatus o pitahaya blanca, Hylocereus megalanthus e Hylocereus costaricensis.

Deciros que he plantado este año en el mes de febrero dos pitahayas undatus en mi huerto al aire libre, para ver como se dan. Por el momento van creciendo bien y las tengo protegidas del sol del verano con unas mallas para que no se quemen; las riego cuando el sustrato se seca y de momento no dan signos de enfermedad alguna, pero me preocupa el invierno cuando las temperaturas bajen mucho, por lo que tendré que buscar un sistema que las cubra los días de heladas.

Y bueno amigos, hasta aquí por hoy sobre este cactus de selva que espero poder sacar adelante en mi huerto y así disfrutar de esta rica y beneficiosa fruta del dragón, y que poco a poco se pueda ir adaptando a nuestro clima del sur de la Península Ibérica.

Hasta pronto y sed felices. 

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martes, 31 de mayo de 2022

Cultivo de nabos.

CULTIVO DE NABOS




     Hola querid@s amig@s. Hoy vamos con una nueva entrada sobre una modesta hortaliza "El Nabo", que dio sustento a las personas y animales durante milenios, pero fué expulsada y sustituida en las cocinas por la papa, traída de América por los Españoles en el siglo XVI y que poco a poco terminó con el cultivo de este para consumo humano, aunque aún hay zonas donde se cultiva y consume.

El origen de este raíz engrosada, de la familia de las Brassicas, parece ser que es de Asia, al haberse encontrado evidencias de su cultivo en la India hacia el siglo XV a.C., aunque también se han encontrado en pinturas del antiguo Egipto de más de 2000 años a.C. Pero fueron, primero los Griegos y después los Romanos los que lo cultivaron y extendieron su uso y consumo por todo el Imperio.  

Esta planta, cuyo nombre científico es Brassica rapa subespecie rapa, es bienal aunque cultivada como anual, de raíz engrosada (que no tubérculo) y comestible, que pueden ser de color blanca hasta violeta su piel y de blanquecina a amarillenta su carne, con hojas basales verdes con algunos pelillos y tallo que puede llegar hasta 1 metro de alto de donde saldrán las flores y producirán los frutos.

Para empezar diré que es un cultivo que necesita un clima fresco y húmedo, no siendo conveniente cultivarlo durante épocas calurosas, y tampoco le gustan las heladas, aunque hay variedades que las resisten perfectamente.

El suelo idóneo es uno suelto, ligero a medio y rico en materia orgánica, aunque se desarrolla bien en otros tipos de suelos, pero es importante que drenen bien, y siendo el pH idóneo el comprendido entre 6,5 y 7. Este cultivo no tolera la salinidad ni los suelos estercolados recientemente.

Los riegos son importantes para este cultivo, necesitando que el suelo tenga siempre algo de humedad, aunque no admite suelos encharcados. La sequía en el suelo provocará la subida prematura a flor de la planta. En zonas con exceso de lluvias será mejor plantarlos en caballones.

El cultivo del nabo requiere de una buena iluminación durante todas las fases de su desarrollo, así la falta de luz provocará el aumento de las hojas en detrimento de la raíz.

El ciclo vegetativo del nabo es bastante corto, siendo la media de unos tres meses, según época de siembra, acortándose el tiempo en épocas cálidas hasta algo más de 50 días y alargándose cuanto más fría sea la zona. 

Las mejores épocas de siembra son después del verano (sept./oct.) para el cultivo de invierno y en primavera (mar./abr.) para recoger en verano, pero todo dependerá del clima de cada zona y de las variedades, pudiéndose sembrar durante todo el año en zonas más frías. La temperatura óptima de crecimiento está comprendida entre los 15 o 20º C.

Previamente a la siembra de las semillas habremos realizado unas pasadas con la moto-azada para dejar la tierra suelta y esponjosa, donde la raíz engordará sin dificultad. En la luna menguante, esparciremos las semillas a voleo sobre la tierra y las enterraremos unos dos centímetros, luego regaremos y mantendremos la tierra húmeda hasta la germinación de las semillas, que ocurrirá en pocos días, según las temperaturas ambientales y del suelo. También se pueden sembrar en líneas 

Una vez que germinen las semillas se puede hacer un raleo para dejar una distancia de unos 15 centímetros entre plantas y 40 o 50 cm. entre filas, así será fácil hacer escardas para quitar las plantas adventicias, pero si lo hemos sembrado a voleo esta operación será más difícil o no podremos hacerla, pero como crece rápidamente tapará con sus hojas a las malas hierbas y estas se desarrollarán mal.

El sabor, textura y tamaño varía mucho según el terreno y clima donde se cultiven, no siendo conveniente el exceso de calor, alargar demasiado su cultivo, ni dejar que engorden en exceso la raíz para que no se vuelvan fibrosas y duras.

Entre las enfermedades y plagas que pueden atacar a este cultivo están:

Enfermedades:

  • Mildiu.
  • Potra o hernia de la col.
  • Roya blanca.
  • Rhizoctonia solani.
Plagas:
  • Mosca de la col.
  • Orugas de las brassicas.
  • Pulgones.
  • Gusanos de alambre.
  • Baris y minadores.
Una vez que cosechemos los nabos los dejaremos un para de días para que sequen y luego cortaremos las hojas, meteremos en bolsas perforadas en el frigorífico, donde pueden aguantar hasta 3 semanas. Existe una forma ancestral de conservarlos todo el año, entre capas de paja y cubiertos con tierra, que si estáis interesados, podéis consultar en la página de La Cofradía de los Amigos de los Nabos. Pincha aquí.

En cocina, esta hortaliza se ha empleado desde siempre para elaborar ricas sopas, cremas, en guisos o potes con partes del cerdo, rellenos con carne picada, guisos de alubias, etc., además sus hojas son comestibles (nabizas y grelos) con las que se elaboran y acompañan a ricos platos 
El consumo de esta hortaliza nos aporta muy pocas calorías, pero si mucha fibra y vitamina C, aunque las hojas tienen aún más, rico también en vitamina B9, y en minerales como el potasio, el sodio y el calcio. Sus compuestos azufrados ayudan a desintoxicar nuestro organismo, es antioxidante, regula la función intestinal, disminuye el colesterol malo, favorece la protección del sistema cardiovascular y tiene efectos probióticos que favorece la flora intestinal entre otros beneficios.

Bueno amig@s, esta humilde hortaliza, caída en desgracia desde la entrada de la patata, vuelve a resurgir hoy en día por sus cualidades nutricionales y beneficiosas para el organismo humano, además es fácil de cultivar y se aprovecha casi todo de ella, por tanto desde aquí os animo a cultivarlo y consumirlo, para así honrar al nabo.

Hasta pronto y sed felices.

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domingo, 20 de febrero de 2022

El Compost.

EL COMPOST



     ¡¡ Hola amigos !!. Desde que comencé hace ya bastantes años con mi huerto siempre he reciclado todos aquellos desechos orgánicos que salen de el para volver a emplearlos en la fertilidad del suelo, al igual que pasa en la naturaleza donde se va apilando todo lo que muere de los árboles o de las plantas silvestre, se acumula año tras años y forman una capa que se va descomponiendo y enriqueciendo el suelo con el humus que se genera.

La agricultura intensiva, basada en los abonos químicos, hace que año tras año el suelo de cultivo vaya perdiendo materia orgánica, con lo que estos se empobrecen y dejan de ser fértiles, desapareciendo la vida encargada de descomponer esta materia orgánica, que son los hongos, bacterias, actinomicetos y lombrices, transformadores de la misma en humus.

Todos estos residuos del huerto, e incluso los que generamos en las cocinas de nuestras casas, que sean orgánicos, se pueden amontonar y por medio de un proceso biológico de degradación, donde intervienen los hongos, bacterias y lombrices de tierra, lo convertirán en lo que llamamos el compost, que no es nada más ni menos que un sustrato oscuro de una alta calidad nutricional para las plantas y que mejora la textura del suelo y la retención de agua.

Para acumular todos los residuos que vamos a emplear para hacer compost no hacen falta complicados cajones ni artilugios, basta con dejarlos en una pila amontonados unos sobre otros, eso si, sobre la tierra, o perimetrarlos con mallas, lonas, palés, etc., que sean de fácil construcción y apertura. Es ideal resguardar el compostador, por lo que lo situaremos bajo árboles, en un rincón protegido del frío o mucho sol, tapado cuando llueve mucho, etc.

Una vez que tengamos instalada la compostera, empezaremos a echar en ella materia orgánica lo más variada posible, así tendremos un abanico de minerales muy amplio para la correcta nutrición de las plantas. Conviene poner en la base de la compostera los restos más gruesos y lentos de descomponer. 

Entre otros materiales iremos echando:

  • Partes desechadas de nuestros cultivos, una vez cosechados.
  • Restos de poda lo más triturado posible.
  • Paja desechada de alimentación de animales.
  • Hojas caídas de los árboles.
  • Césped segado.
  • Recorte de setos.
  • Restos de malas hierbas.
  • Estiércol de animales y restos de sus camas.
  • Cartón limpio de embalajes.
  • Papel limpio (sin tratamientos plásticos ni tintes).
  • Serrín y virutas de madera. 
  • Trozos de telas naturales (no teñidas)
  • Plumas de aves y pelos.
  • Desechos de cocina, como restos y mondas de verduras y frutas, cáscaras de huevos, huesos de frutas y aceitunas, pozos de café, etc.

Está totalmente contraindicado echar las heces de perros y gatos, restos de carnes y pescados, grasas, revistas, colillas de cigarrillos, plásticos y telas sintéticas, materiales inorgánicos, restos de cultivos infestados, cenizas, restos de madera de aglomerado, vidrio, envases, etc.

A medida que vayamos echando materiales a la compostera, intentaremos mezclar, removiendo un poco con un palo u horca, los residuos nuevos con los que están fermentando, así se acelerará el proceso de descomposición y evitaremos que algunos restos se apelmacen demasiado con la consiguiente falta de oxígeno.

La compostera no debe desprender mal olor nunca, si esto ocurre será por haber introducido algo que no deberíamos. También tiene que tener humedad el material para que hongos, bacterias y lombrices puedan vivir y lo descomponga, pues si falta humedad nunca se degradará bien, por lo que deberemos vigilarlo y caso de estar seco mojarlo, pero sin pasarnos o convertiremos el proceso en anaeróbico y mataremos a los microorganismos y no se realizará el compost.

En estudios científicos realizados en Inglaterra de los biorresíduos añadidos a la compostera, se aprecia que durante el compostaje se pierda más del 50% del peso del material y más del 60% de su volumen, aunque puede haber una variación dependiendo de la forma de compostar y el material que se agregue.

El proceso de compostaje es algo que se produce muy lentamente, en los que el material va pasando por varias fases donde se produce calor, para luego estabilizarse hasta alcanzar la homogeneidad y textura deseable, pero todo dependerá del material introducido, pues si solo echamos hojas de árboles y restos de hierbas, pues tendremos un compost rápido, pero si son materiales gruesos de difícil y lenta degradación puede durar muchos meses en estar disponible. Normalmente un compost joven tarda entre 2 y 6 meses en estar listo, pero un compost maduro tardará más de 9 meses en estar dispuesto.

Para que el compost realice su misión de enriquecer el suelo debe estar maduro, con aspecto de tierra muy oscura, donde no se reconozcan los materiales que hemos añadido, pues de lo contrario será un compost fresco que servirá más como acolchado o mulching, y que aunque beneficia al suelo necesitará de la degradación completa del material para aportar nutrientes a los cultivos.

Bueno amigos, espero os sirva esta entrada para que elaboréis este magnífico abono de fondo para vuestros cultivos, y para finalizar deciros que aunque estemos en la época de la inmediatez, la realización de compost maduro es un proceso lento, por lo que deberemos tomarnos nuestro tiempo en su elaboración, desterrando mitos que existen en la web de hacer compost en dos semanas y cosas semejantes. Dejad las prisas para otros momentos y dejemos trabajar tranquilos a nuestra queridos microorganismos biológicos y lombrices en la transformación de desechos y residuos en materia viva.

Hasta pronto y sed felices.

🌿 🍀 🍃 🌼 🌻 🌞 🐛 🐜 🐝 🐞




PD. En estos enlaces podréis leer los mejores artículos sobre el compost que existen en la web. Pincha aquí o aquí.

martes, 4 de enero de 2022

Cultivo de rúcula.

CULTIVO DE RÚCULA



     Hola compañer@s y amig@s. Hoy quiero traeros una planta y un cultivo de los más fáciles de realizar en nuestros huertos, y es la rúcula, una planta silvestre que el hombre ha recolectado desde tiempos remotos para consumirlas por sus buenas propiedades para nuestro organismo, pero que en los últimos tiempos se está cultivando como una verduras más en nuestros huertos.

La rúcula es una planta anual de la familia de las Brássicas, cuyo nombre científico es Eruca vesicaria, aunque otros autores la denominan Eruca sativa, y es nativa de la cuenca mediterránea. Sus hojas son dentadas y muy divididas, de hasta 20 cm., forman una roseta basal, su raíz es napiforme, su tallo floral alcanza en algunos casos hasta 1 metro de alto, sus flores son blancas o amarillentas verdosas, y sus frutos son silicuas (vainas) de hasta 4 cm.

Fue muy consumida durante el Imperio Romano por sus cualidades nutricionales, pero también por ser considerada como afrodisiaca, por lo que durante la Edad Media se prohibió en los monasterios. Pero Carlomagno, en el siglo VIII en su Decreto "Capitulare de villis vel curtis imperii" la considera como apta para el cultivo en jardines.

Bueno, en latitudes con inviernos templados como es la zona Gaditana la época ideal para sembrarla es en otoño, germinando sus semillas en unos pocos días. Se desarrollará durante el invierno para florecer en primavera. En regiones frías habrá que esperar la primavera, después de las heladas.

Le gusta un clima con temperaturas suaves, no siendo aconsejable el exceso de sol y calor porque favorecerán la floración, pero tampoco las épocas frías y las heladas que detendrán su crecimiento y las hojas tomarán un color lila.

En cuanto al suelo, se adapta perfectamente a todo tipo de terrenos que drenen bien, soportando los suelos alcalinos. Es conveniente añadirle algo de materia orgánica y menearlo antes de poner las semillas. 

Se pueden plantar esparciendo sus semillas a voleo o a chorrillo en filas separadas unas de otras algo más de 20 cm., enterrándolas muy pocos milímetros. A continuación regaremos por aspersión el suelo, y lo mantendremos húmedo, aunque como suele ser la época de lluvias por esta zona no tendremos prácticamente que regarlas. 

Al ser una planta de ciclo corto crece muy rápidamente, por lo que a partir de mes y medio o dos meses desde la germinación ya podremos ir recolectando algunas hojas para nuestro consumo. Hay que recolectar las hojas jóvenes y tiernas de unos 10 cm. de largo para consumirlas lo más pronto posible y/o manteniéndolas en frío porque enseguida se ponen lacias y marchitas. La planta volverá a producir nuevas y tiernas hojas hasta su subida a flor.

Entre las enfermedades que puede sufrir la rúcula están el mildiu, sobre todo en invernaderos, la roya blanca, podredumbre negra, etc., aunque al ser una planta muy rústica no suele contraerlas. 

Respecto a las plagas, puede ser atacada por gusanos, pulgones, minadores, trips y poco más.

El sabor de la rúcula es picante y algo amargo, más acentuado cuanto más grandes sean las hojas y más soleadas estén. Por tanto hay que consumirlas cuando son pequeñas y tiernas. Se consumen crudas en ensaladas que es la mejor manera de comerlas, aunque también se comen cocidas y salteadas, se emplean para adornar algunos platos como las pizzas o añadirlas a la pasta en crudo o salteadas, incluso en bocadillos y en batidos de verduras (smoothie)

La ingesta de esta verdura es muy beneficiosa para nuestro organismo, aportando una buena cantidad de vitaminas A, B-9, C y K, además de minerales como el potasio, calcio, hierro, magnesio, fósforo y sodio.

Es muy recomendada en dietas de adelgazamiento, es probiótica, ayuda al tránsito intestinal, aumenta las defensa del cuerpo potenciando el sistema inmunológico, previene la degeneración de los huesos y nervios, es un protector contra el cáncer y ayuda en la salud ocular, entre un sinfín de propiedades saludables.

Bueno amig@s, como veis esta simple y silvestre verdura que en otros tiempos se recolectaba directamente del campo hoy podemos sembrarlas en nuestros huertos para tenerlas a mano y poder disfrutar de sus maravillosas cualidades nutricionales, sin apenas esfuerzos ni gastos.

Hasta pronto y sed felices.

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et veneris revocans eruca morantuem

(Las hojas de rúcula excitan el deseo sexual de las personas somnolientas)

Virgilio.