viernes, 27 de abril de 2018

Plaga del gusano de alambre.

EL GUSANO DE ALAMBRE





     Hola estimad@s amig@s, vamos a conocer en esta entrada una de las plagas que pueden destrozarnos los cultivos y no la vemos, sólo podemos intuirla al observar el estado en que quedan las plantas después de sus ataques. Dicho estado de decaimiento de la planta y el tiempo que ha tardado en ello, nos avisa de que bajo ella se encuentra su depredador, de color amarillo-anaranjado brillante e inconfundible: el gusano de alambre, también llamado doradillo, oro-vivo, barreneta, etc.

Estos gusanos (hay varias especies) son las larvas de unos coleópteros de la familia de los elatéridos, conocidos como escarabajos click por el sonido (cliqueo o chasquido) que realizan, si están boca arriba o para evitar ser cazados, al lanzarse al aire mediante un sistema que posee en su coraza que los catapulta. Los más comunes que tenemos por aquí son los Agriotes curtus, Agriotes sordidus y Drasterius bimaculatus, entre otros, aunque hay miles por todo el mundo.

Este insecto pasa por cuatro estados para su desarrollo, que son huevo, larva, ninfa y adulto.
Estado adulto
La hembra de estos escarabajos (forma adulta) pone sus huevos blancos en la tierra, de 50 a 300, junto a las raíces de plantas, donde la tierra está fresca y húmeda, pues son delicados. De estos huevos, en 3 o 4 semanas,  nacerán los gusanitos, blancos y frágiles, que comerán en un principio solamente restos orgánicos, siendo al segundo año cuando comienzan a comer raíces y bulbos. Vivirán en el suelo durante varios años, pudiendo durar hasta 4 a 5 años como larvas, según especie y condiciones ambientales,  por eso podemos encontrar distintos tamaños y tonalidades de color, porque se solapan varias generaciones.

Larva
Durante el período de larva, estarán a mayor o menor profundidad, dependiendo del frío o calor y de la humedad o sequedad de la tierra, protegiéndose así del frío invernal o el calor del verano. Por tanto los mayores ataques se darán en primavera y otoño. Esta es la etapa de su vida cuando se alimentan de semillas, raíces y bulbos

A medida que estos gusanos van creciendo mudan la piel y se van quitinizandos y endureciendo, dividiéndose su cuerpo en varios segmentos por medio de anillos. Su color es amarillo anaranjado brillante, con zonas más parduzcas. Sus patas, que son tres pares, van insertadas en los anillos torácicos.

La tercera fase o ninfa, la pasan bajo tierra, encerrados en una celdilla donde se han transformados de gusano a pupa blanca,  se parecen a los adultos, aunque van oscureciendo cuanto más se acercan a la transformación. Cuando llega el final del verano se transforman en adultos, pero no saldrán a la superficie hasta la primavera siguiente, en el mes de marzo en las zonas más cálidas.

Una vez que salen como adultos se ocultan bajo las matas, no causando daños a los cultivos pues comen materia orgánica. Efectúan vuelos cortos y su vida se reduce a unas cuatro semanas, tiempo para aparearse y efectuar la puesta.

Como he dicho más arriba, dependiendo de las temperaturas los gusanos suben o bajan en profundidad, por eso cuando las temperaturas se suavisan en primavera suben a las capas superiores, pero una vez comienzan a pasar de 25º C. la temperatura, los gusanos comienzan a bajar a mayor profundidad, pero en lugares más húmedos o sombreados y frescos por la vegetación, como las plantaciones de papas,  seguirán atacando nuestros cultivos. Dándose incluso el caso en climas cálidos y húmedos que las larvas no efectúan el descenso durante el invierno, por lo que los ataques seguirán sin interrupción.

Ataque a patatas
Los cultivos que pueden ser atacados por el gusano de alambre son prácticamente todos, aunque a los que más puede afectar en nuestros huertos son a los de patatas, judías, cebollas, tomates, zanahorias, lechugas, etc., y en cultivos industriales como trigo, cebada, maíz, soja, tabaco, e incluso árboles frutales.
Lechuga caída por ataque

El daño que causan varían en relación al número de individuos que existen por metro cuadrado del terreno, donde se pueden concentrar hasta varios centenares, y durante dos períodos fundamentales en los cultivos como son la primavera y el otoño.
Los ataques más intensos de estos gusanos se nos presentarán en tiempo húmedo y fresco, donde de un día para otro veremos plantas caídas, como si se hubieran secados de repente, o que no crecen, o semillas que no germinan.
Si escarbamos donde estaba la raíz de la planta caída, posiblemente encontraremos al culpable.

Los métodos de lucha contra esta plaga pueden ser:

Uno de los más empleado desde siempre para acabar, o mejor dicho reducir, esta plaga, es arando el terreno en verano, con lo que se consigue que suban a la superficie larvas, ninfas y huevos, y por supuesto no regarlo, así el calor y la falta de humedad acabarán con ellos.

También es una buena práctica la rotación de los cultivos para mantener dentro de unos mínimos el número de individuos, así como cultivar en caballones altos, para que lleguen pocas raíces a penetrar bajo tierra.

La incorporación al suelo de algunas brassicas como abono verde parecen dar buen resultado para control de insectos del suelo, por su alto contenido en glucosinolatos.

Barbechar la tierra también es una opción para disminuir población de estos gusanos, aunque claro, si solo dispones de una pequeña huerta y no puedes sembrar en ella durante meses, pues es mala solución ¿no?.

Existen atrayentes de feromonas para atrapar a los adultos de esta plaga y evitar puestas, aunque se utiliza normalmente para realizar muestreos en fincas, aunque hay que emplear el específico para cada especie de escarabajo. 

Ataque en lechuga
Por supuesto, podemos encontrar en el mercado productos químicos para combatir esta plaga, que normalmente son insecticidas granulados que se incorporan al suelo en el mismo momento de la siembra y a la profundidad de las raíces del cultivo. Este método no se puede emplear para los cultivos biológicos, porque además de a los gusanos de alambre, terminará con lombrices y demás fauna beneficiosas que mantienen vivo el suelo.

Bueno amig@s, como veis, esta plaga al estar bajo tierra tiene difícil solución por lo menos de forma biológica, aunque se están estudiando y efectuando ensayos, con moderadas espectativas de momento, con hongos entomopatógenos y otros productos. Pero la cruda realidad es que una vez que se ha asentado en nuestro huerto esta plaga, tendremos que convivir con ella durante largo tiempo si no queremos emplear insecticidas químicos.

Hasta la próxima entrada compañer@s

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viernes, 13 de abril de 2018

Reproducción de plantas de alcachofas.

alcachofas

REPRODUCCIÓN DE PLANTAS DE ALCACHOFAS





    Estimad@s compañer@s

     Aunque en una entrada anterior  de este blog hablamos del cultivo de la alcachofa, y tocamos de pasada el tema de reproducir las matas para tener más plantas en producción, hoy  quiero hacer una entrada específica sobre cómo multiplicar las alcachofas, de las tres formas más habituales. 

En primer lugar diremos que la alcachofa es una planta perenne, de la familia de las Compuestas, con hojas grandes y de forma lanceoladas o lobuladas, posee tallos erguidos, fuertes que superan los 150 centímetros de altura cuando forman las cabezuelas o capítulos, y su raíz es un rizoma (tallo subterráneo).

Esta planta, una vez que produce el brote floral o alcachofa (llamada también alcaucil), y no se recolecta, producirá una inflorescencia de color azul/violeta, muy bonita, donde producirá las semillas que van pegadas a unos falsos pétalos  y una vez secos, el viento las esparcirá y darán lugar a nuevas plantas de alcachofas.

Pues si queremos tener semillas para sacar nuevas plantas, justo en el momento que empiecen a volar, gracias a su vilano, y dispersarse las semillas (anemocoria) tendremos que recogerlas de la cabeza, tirando de los pelillos donde están agarradas. Este proceso suele darse sobre el mes de julio. A continuación guardaremos las semillas recogidas en un frasco o bolsita, secas por supuesto y en lugar sin humedad y sin luz. Estas semillas tienen un poder de germinación muy largo (hasta 12 años).

En la zona de la costa de Cádiz, donde vivo, los renuevos de alcachofas comienzan a salir a finales de agosto, si tienen algo de humedad (por esas fechas caen las primeras lluvias), por lo que es el momento de hacer un plantel con las semillas recogidas, que brotarán a los pocos días dada la temperatura existente.
Cuando las plantas tengan más de cuatro hojas y podamos manejarlas las pondremos en su lugar definitivo.
Si no disponemos de alcachofas para recoger las semillas, o queremos plantar otras variedades nuevas, existen en el mercado un sinfín de sobres de distintas variedades de alcachofas.


Otra de las formas de multiplicar estas plantas, es por división de su pie o rizoma, llamadas también palos, zuecas o estacas.
Esta forma de reproducir la alcachofa es la que se ha utilizado normalmente en nuestro país desde siempre.
Una vez que a la planta se le han quitado las alcachofas, se dejan de regar y por tanto comienza a secarse. Todos los tallos que nos dieron alcachofas se cortaran a unos 15 cm. desde la base.
Estos tallos secarán y se dejarán ahí hasta que llegue la fecha de replantar nuevas matas. 

Cuando vayamos a plantar las estacas, las escarbaremos con cuidado y cortaremos de la planta madre las que queramos y las sacamos con sus respectivas raíces y yemas; dejando al menos una estaca para que ella siga vegetando. A continuación haremos un hoyo en la tierra, agregamos compost o estiércol muy descompuesto y plantaremos a la misma altura que estaba. Regaremos y los pocos días comenzarán a aparecer las plantitas alrededor. 
 








La tercera forma de multiplicar las plantas de alcachofas es por hijuelos, que son las plantitas que van naciendo de la raíz de la madre.

De las que nacen, normalmente sólo una se desarrollará lo suficiente para dar frutos, el resto quedan bajo esta, a su sombra, y por tanto pequeñas e inservibles. Al principio no tienen raíz propia porque dependen de la madre, pero poco a poco le crecen.

Sobre mediados de enero ya tienen las suficientes raíces estas pequeñas plantas para trasplantarlas, por lo que escarbaremos con mucho cuidado al pie de este plantín y lo separaremos del rizoma primario donde está pegado.
Luego procederemos como con cualquier planta, haremos un hoyo, agregamos compost, estiércol pasado o buena tierra y ponemos el plantín, tapamos y regamos, y ya tenemos otra nueva planta de alcachofa.


Estos son tres métodos de los que disponemos para reproducir plantas de alcachofas en nuestros huertos, aunque en la agricultura intensiva a gran escala existen otros métodos, como mediante los meristemos (tejido embrionario de plantas, capaz de originar, mediante división, otros tejidos nuevos), pero no aptos o disponibles para nosotros.

Deciros que en el huerto orgánico, el primer año las nuevas plantas no suelen dar alcachofas grandes y de calidad, siendo a partir del segundo cuando los renuevos que salgan, de las que plantamos originalmente, los que nos darán buenas alcachofas. 
También apuntar, que debéis elegir muy bien el lugar definitivo donde pondréis las plantas, porque al ser perennes saldrán en el mismo lugar año tras año y con lo que tardan en dar buenas cabezas no es rentable andar cambiándolas de sitio.


Bueno compañer@s, como siempre espero que os sirva esta entrada para aplicarla en vuestros trabajos en el huerto, y si de camino os distrae, pues mejor; ¡¡¡ah!!! y si tenéis alguna duda no cortaros en preguntarme, que en lo que pueda estaré encantado de ayudaros.


Hasta pronto amig@s, sed felices.


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