martes, 20 de octubre de 2020

La Ajedrea.

 LA AJEDREA



     Estimad@s amig@s. Hoy vamos a hablar de otra planta aromática cultivada desde hace miles de años, es nativa desde la zona oriental del Mediterráneo hasta el oeste de la India, y es la ajedrea de huerto (Satureja hortensis), siendo la más conocida y utilizada de las saturejas, también llamada ajedrea de jardín, hisopillo, saborea, tomillo real, hierba olivera, etc.

El nombre genérico, Satureja, deriva de la palabra latina "satura", que significa salsa o guiso, en alusión al uso culinario de esta planta

Esta hierba fue considerada por los antiguos Egipcios, Griegos y Romanos como afrodisíaca, asociándola con seres sobrenaturales y sátiros; y otras culturas lo utilizaron en sus rituales de fertilidad durante el verano, época de floración de la planta. Durante la Edad Media se prohibió su cultivo en los monasterios para que los monjes no fueran tentados a cometer actos impuros.

Las flores de la ajedrea gusta mucho a los insectos polinizadores, sobre todo por falta de flores en la época estival. El poeta romano Publio Virgilio recomendaba plantarlas cerca de las colmenas para dar su gran sabor a la miel.

Esta planta es un pequeño arbusto de la familia de las Lamiáceas, como el tomillo, salvia, menta, melisa, etc., es anual, y en sabor y utilización es prácticamente igual a la ajedrea silvestre (Satureja montana), pero esta última es perenne. Llega a los 40 cm. de altura, con tallos erectos color marrón con pelillos, hojas verdes lanceoladas con pelos cortos, y flores pequeñas blancas, rosadas o violáceas que se darán, según la zona, desde el final de primavera hasta el otoño.

Como su nombre indica, es una planta que se ha cultivado en huertos desde siempre, pero si queremos tenerla bonita y sana, y que crezca bien y compacta, deberemos plantarla a pleno sol, o en un lugar que reciba un mínimo de 6 horas de sol directo al día.

El suelo más adecuado para su cultivo es aquel que drene muy bien, esté aireado y algo fértil, añadiéndole para ello algo de materia orgánica (estiércol, compost, humus de lombriz, etc.). Soporta los suelos algo alcalinos y los secos.

Para su reproducción podemos emplear semillas al final del invierno, plantándolas sobre un sustrato húmedo, pero que queden superficialmente (sin enterrar) y lo pondremos en un lugar muy iluminado y reservado del frío para que puedan germinar en unas dos semanas. Una vez que pasen los riesgo de heladas lo plantaremos en exterior. También podemos plantar las semillas directamente en su lugar definitivo cuando las temperaturas sean más altas.

El riego será moderado cuando lo necesite por falta de lluvias o en verano para que tenga algo de humedad, pero cuidando siempre que no quede encharcado el terreno.

Una vez que alcance unos 12 cm. de alto, ya podremos ir recolectando trozos de matitas para uso en nuestra cocina, para ello pinzaremos por la mitad del tallo, de donde brotarán nuevas ramitas.

A la hora de recolectarla para secarla y tener ajedrea para su utilización todo el año, deberemos esperar a que forme los botones florales, pero la cortaremos justo cuando comiencen a abrir las primeras flores, así conseguiremos que mantenga una gran concentración de aceites esenciales. Las segaremos por la base y haremos unos manojos atados para luego colgarlos en un lugar aireado y a la sombra. Una vez seca ya podremos guardarla en bote hermético para que no pierda aroma. 

Si queremos recolectar nuevas semillas para la próxima temporada esperaremos que la planta muera en otoño y cortaremos las ramitas con las flores secas y las pondremos en una bandeja hasta que pierda totalmente la humedad.

En cuanto a enfermedades, es una planta con pocos enemigos y enfermedades, si no la sometemos a encharcamientos que son letales para la planta.  

La ajedrea ha sido muy empleada en cocina, tanto seca como fresca, por ser una planta muy olorosa, aunque en la hortense es más delicado el aroma que en la ajedrea montana. De sabor agradable, algo acre y picante, que recuerda al tomillo. Se emplea para aromatizar salsas, vinagres, aceites, guisos y potajes de legumbres, que los hace más digestibles, así como para adobar embutidos y carnes de todo tipo, pescados, aceitunas, escabeches, etc.

En medicina tradicional podemos tomarla en infusión (una cucharadita de hojas en una taza de agua hirviendo, tapar e infundir 10 minutos) como digestivo y aperitivo, usándose en indigestiones, diarreas, flatulencias, nauseas, dolor de cabeza y cólicos, asimismo es expectorante y se usa contra dolor de garganta (amigdalitis y faringitis) haciendo gárgaras con una infusión fría. También se emplea su jugo empapado en algodón contra el dolor de muelas por caries, en uso externo contra las picaduras de insectos, loción del cuero cabelludo para evitar la caída del cabello y como linimento o cataplasma para aliviar dolores en las articulaciones. Además es buena contra las infecciones de orina y los parásitos intestinales.

Bien amig@s, para terminar deciros que esta magnífica y olorosa planta es imprescindible entre nuestras aromáticas del huerto, porque además de dar sabor a muchos de nuestros platos en cocina, hará con su aroma que se alejen los pulgones y con sus minúsculas flores atraerán a muchos polinizadores, principalmente abejas, que revolotearán por nuestros cultivos en la irreemplazable misión de polinizar las flores de nuestras hortalizas.

Que todo os vaya bien y hasta pronto. 

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viernes, 2 de octubre de 2020

El acolchado o mulching en el huerto.

EL ACOLCHADO EN EL HUERTO




     Hola de nuevo compañer@s. Vamos a hablar en esta entrada de una forma de proteger los suelos de cultivo de las inclemencias meteorológicas y a la vez de reducir el gasto de agua de riego con la técnica del acolchado, o más conocida en todo el mundo por las palabras inglesas mulch o mulching.

Aunque hoy en día podemos encontrar en el mercado muchos modelos de plásticos para realizar acolchado, incluso biodegradables, no voy a tratar sobre ellos puestos que para mi no son compatibles con huertos orgánicos. Me limitaré a los materiales naturales y que al final de su aprovechamiento enriquecerán el suelo en lugar de ser un problema medioambiental.

Durante las temporada estivales, en zonas con pocas precipitaciones anuales o durante ciclos de sequías, la disponibilidad de agua para riego en campos y huertos depende principalmente de los pozos que extraen agua de los acuíferos, pero estos sufren bajadas en su nivel e incluso llegan a secarse si se someten a una sobreexplotación, por tanto se impone por parte de todos los que nos servimos de ellos hacer un buen uso y poner todos los medios disponibles para no agotarlos, siendo uno de estos medios el acolchado o mulchin.

La técnica del acolchado es tan antigua como la agricultura, y consiste básicamente en tapar unos centímetros la tierra de cultivo con algún material para que los rayos solares, el viento, las altas temperaturas, etc., no incidan directamente sobre ella, evitando la evaporación directa del agua y por tanto la sequedad de la tierra, o también para que las lluvias fuertes no arrastren la capa superior de la misma. En otras ocasiones se emplea para proteger del frío los semilleros, haciendo germinar las semillas en menos tiempo, o para resguardar algunos cultivos de las heladas.

Al mismo tiempo, al sombrear la tierra y hacer que esta no seque, aumenta el número de microorganismos (bacterias, hongos, etc.) y otros seres vivos como las lombrices, que pueden vivir mejor y reproducirse más, y por tanto humidificar en mayor medida la capa superior, aireándola al cavar sus túneles y también hace que el agua se infiltre mejor por ellos, acrecentando por tanto la fertilidad del suelo.

Otras de las ventajas que el acolchado nos brinda es que imposibilita el crecimiento de muchas de las malas hierbas que afectan a los cultivos, dado que bloquea los rayos solares que estas plantas necesitan para su buen desarrollo.

El acolchado se puede emplear, además de en todo tipo de cultivos  de hortalizas, en árboles frutales, principalmente cuando son pequeños o recién plantados.

Para hacer una capa de acolchado podemos emplear muchos materiales como paja, pasto, hojas, viruta de madera, recortes de césped, cortezas de arboles, etc., pero es imprescindible que estén totalmente secos, para evitar transmisión de enfermedades a los cultivos y que no se pudra rápidamente. Para secarlos los dejaremos unos días al sol hasta que veamos que ya no tienen humedad. Es importante colocar el acolchado una vez que las plantas tengan unos cuantos centímetros de altura y sean resistente para evitar taparlas o dañarlas.

El material utilizado en el acolchado, al ser materia 
orgánica, una vez que se ha degenerado y se descompone contribuye con sus elementos al enriquecimiento del suelo, siendo un buen abono orgánico para las plantas, además de hacer más esponjosa la tierra durante el proceso de descomposición.

Como caso práctico os diré que durante los veranos, que aquí en la zona de Cádiz son bastante calurosos y con algunos días de fuertes vientos de levante, tenía que regar mis cultivos de verano de tomates, pimientos, berenjenas, calabazas, etc., cada tres días, pero utilizando el acolchado de paja el número de días entre un riego y otro es de 6 ó 7, por lo que he duplicado los días de la frecuencia entre riegos y por tanto he reducido a la mitad el consumo de agua. Ahí lo dejo. 

Tanto si empleamos riego por goteo o surcos, esparciremos el material a emplear como acolchado de forma que tapemos todo lo posible el terreno, con una capa de uno o dos dedos de grosor. Cuando llenemos los surcos con agua no conviene dar mucha presión para que no arrastre el material del acolchado.


En definitiva, el emplear acolchado en nuestros cultivos nos proporcionará muchas ventajas como:

  • Protección de cultivos y el suelo de agentes atmosféricos (calor, frío, granizo, lluvias, vientos, etc.)
  • Reducción del agua de riego.
  • Impedir la proliferación y desarrollo de malas hierbas.
  • Mantener la humedad de suelo durante más tiempo.
  • Evita que se forma costra superficial.
  • El sistema radicular de las plantas sufre menos por el calor, desarrollándose más y mejor.
  • Impide o reduce el lavado de elementos fertilizantes del suelo por fuertes lluvias.
  • Mejora la textura y calidad del suelo al aumentar la materia orgánica.
  • Favorece la actividad de la microfauna.
  • Protege a los frutos al impedir que toquen la tierra.

Para finalizar diré que había zonas pobres de la Tierra, sobre todo por la escasez de agua, donde antes no se podía cultivar en verano y ahora, gracias a la implantación de esta técnica, tienen excelentes cosechas y pueden alimentar a su población.

Bueno amig@s, espero que os ayude esta entrada porque creo que el empleo del acolchado en nuestros cultivos nada más que tiene ventajas, así que os animo a ponerlo en práctica y ya veréis como una vez que uno se acostumbra a hacerlo no es un trabajo más, es una gran ayuda.

Hasta pronto y cuidaros mucho.