viernes, 27 de julio de 2018

Necrosis apical en tomates y pimientos.

NECROSIS APICAL EN TOMATES Y PIMIENTOS





¡¡¡ Hola amig@s !!!. Ha llegado la temporada de recoger tomates y pimientos en nuestros huertos, pero también llegan las enfermedades  y plagas que intentan arruinar nuestras queridas y esperadas cosechas.
Hoy no vamos a hablar del mildiu, ni de la mosca blanca, sino de una malformación que sufren estas hortalizas, llamada  podredumbre apical o también mal de la peseta, blossom-end rot (BER), botana, etc.


Este mal o fisiopatía afecta a muchas verduras y hortalizas, pero es más significativo en tomates y pimientos, y en menor medida a berenjenas y melones, pudiendo llegar a arruinar muchos kilos de ellos, o cuanto menos depreciar su valor, su calidad y vistosidad.

La podredumbre o necrosis apical, podemos definirla de una forma simple como la alteración en la absorción y transporte del calcio desde las raíces a los frutos. El calcio es necesario para el crecimiento normal de las células, así que al haber más exigencia en este elemento que lo que se puede suministrar, los tejidos se descomponen.
Se manifiesta en principio como una zona deshidratada y que se hunde en la zona apical, aparece una zona marrón, que se puede ir volviendo negra y extendiendo hasta llegar a cubrir la mitad del fruto. Este cambio de marrón a negro se dará a medida que los hongos fitopatógenos van colonizando esta zona, pudiendo llegar a destruir totalmente el fruto.







La aparición de este mal, se puede achacar a varias causas o factores ambientales, desde la falta de calcio en el suelo, el estrés hídrico, factores como ola de calor con una humedad relativa baja y viento fuerte que provocará una elevada transpiración de la planta y por tanto el flujo del agua y el calcio será mayor en las hojas frente a los frutos; también por humedad excesiva en invernaderos y baja transpiración, alta salinidad, crecimiento muy rápido, características genéticas de la variedad, etc.

Dado que esta fisiopatía no tiene remedio una vez que afecta a los frutos, debemos centrarnos en prevenirlo o corregirlo para que los siguiente que vayan saliendo no se vean afectados. Para ello podemos efectuar algunas de las siguientes acciones:
  • Si es un suelo deficiente en calcio deberemos añadirle cal agrícola (es recomendable efectuar previamente un análisis de suelo). Aunque también podemos utilizar harinas de pescado, leche, etc., si no es muy grande nuestro huerto.
  • Efectuar riegos regulares y en cantidad adecuada a cada etapa de crecimiento y desarrollo de planta y frutos, sobre todo si el suelo es pobre en calcio. 
  • No encharcar el terreno, pues si se pudren las raíces tendremos el mismo problema pero por diferente motivo.
  • Las variedades con menor número de tabiques internos son menos propensas a contraer este mal, que las que tienen 4 o más tabiques.
  • No excedernos en el aporte de nitrógeno al suelo para que la planta no crezca muy rápidamente.
  • Ver que variedad no padece esta fisiopatía para plantarla en lugar de las que si la sufre.


Como experiencia personal de este tema, mencionaros que todos los años tengo algunas tomateras con este problema, aunque no afecta a todos los tomates de las mismas; y que a otras tomateras hermanas de semillas de éstas y en idéntica forma de cultivo no les afecta este mal. Tampoco afecta a los tomates cherry, porque aquí el tamaño si importa. 

Con los pimientos suelo tener este problema en los primeros frutos de la temporada, y siempre en los lamuyos (gordos de asar), y daña a muchos, pero a medida que avanza el verano disminuye este mal. Esto lo achaco a que el sistema radicular no está totalmente desarrollado al principio.

Para finalizar os diré que no agrego nada al suelo, ni a las plantas, me limito a quitar los frutos afectados y dejo hacer a la Naturaleza.

Bueno compañer@s espero que esta entrada os sirva para aclarar un poco esta fisiopatía de tomates y pimientos, e intentar atajar o por lo menos minimizar los daños en los cultivos de vuestros huertos. 


Hasta la próxima amig@s

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domingo, 8 de julio de 2018

Melisa.

MELISA 





Hola compañer@s, hoy os voy a hablar de otra gran planta aromática y medicinal, la Melissa officinalis, del griego melissophyllo que se refiere a las abejas y la miel, pues sus flores atraen mucho a este insecto y officinalis del latín que significa -utilizado en medicina-, también se le llama toronjil (*) o hierba limón.
Yo la tuve varios años en el huerto, pero al final la perdí, y este año la he vuelto a cultivar para disponer de sus buenas propiedades.

Empezaré diciendo que esta planta es originaria del Mediterráneo oriental, pero extendida por toda la cuenca mediterránea y llegando a Francia y el Reino Unido, y cultivada en todo el mundo.

melisaEs una planta perenne, vivaz, que puede llegar hasta los 80 cm. de altura, sus hojas verdes son opuestas, ovaladas y dentadas, flores de color blanco-rosado, pero su mejor característica es ese olor a limón que desprende sus hojas al manipularlas.

El clima propicio para su buen desarrollo es el templado, aunque resiste algo de frío.

El suelo más conveniente es uno que sea fértil, suelto y que drene bien, y la plantaremos en un lugar a pleno sol o con unas horas de sombra al día.
Como labores de mantenimiento, sólo tendremos que quitar malas hierbas de su alrededor y añadirle algo de compost por lo menos una vez al año.

En cuanto al riego es una planta que necesita de bastante si no llueve con regularidad, sobre todo en época seca y después de efectuarle el corte de tallos para desecar las hojas.

Para obtener y reproducir esta planta podemos emplear semillas, aunque su germinación no es muy elevada, necesitando temperatura alta; también por división del pie o por esquejes, en otoño. En establecimientos especializados venden los plantones o macetas a precios muy asequibles.

Respecto a enfermedades y plagas, esta planta no suele tener prácticamente ninguna, a excepción de pudrición de raíces o ataques de oídio por acumulación de humedad en su pie.

Para su utilización se emplean sus hojas, que se pueden secar para infusión o destilarse para hacer el aceite esencial, siendo el primer año poco productiva.
A la hora de desecarla, haremos el corte de los tallos en primavera y ataremos en manojos que colgaremos en un lugar a la sombra y muy ventilado. Una vez secas las trituraremos con las manos y guardaremos en un frasco cerrado y sin luz.
Para hacer aceite esensial, el corte de la planta se hará en verano.

En alimentación esta planta se utiliza poco, sobre todo, por su aroma a limón, en bebidas refrescantes, helados, macedonias de frutas, ensaladas, etc., además es un ingrediente principal en la elaboración de licores como el Chartreuse o Benedictine y en el Agua del Carmen, preparado del siglo XVII por los monjes de la comunidad de los Carmelitas descalzos, que aún se comercializa.

En uso medicinal, es principalmente un sedante suave, muy utilizada en crisis histéricas e insomnio. Es además un buen digestivo, muy efectivo en meteorismos y flatulencias. Es también eficaz contra los zumbidos de oídos y en dolor menstrual.
En la antigüedad, su jugo se empleaba para aliviar las picaduras y mordeduras de animales y contra el dolor de muelas.
melisa
Preparación de infusión: Una cucharada de hojas desmenuzadas en una taza de agua hirviendo, dejándola en infusión 15 minutos, colar y tomar.
Podemos tomar hasta tres al día.

Aunque es una planta muy segura, no tomarla durante embarazos, lactancia, los niños pequeños, medicación con fármacos sedantes y actividades que requieran de mucha atención.

Bueno amig@s esto es por hoy lo que os cuento de esta planta tan beneficiosa para nosotros y tan deseada por las abejas, así que animaros a plantarla en huertos, macetas o terrazas.

Hasta pronto y salud.

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(*) No confundir con otras plantas que también se las conoce como toronjil, como la Lippia Alba americana.

viernes, 6 de julio de 2018

Cómo recoger nuestras propias semillas de rábanos.

CÓMO RECOGER NUESTRAS PROPIAS SEMILLAS DE RÁBANOS






    ¡¡Hola compañer@s!!. Hoy vamos a ver una sencilla pero a la vez importante labor que debemos hacer en nuestros huertos, y es la recogida de semillas de nuestros propios cultivos, porque aunque las semillas de venta en tiendas no son demasiado caras (por lo menos la mayoría), si que pueden venir tratadas químicamente, modificadas, hibridadas, etc., etc., y puede que esto no nos guste demasiado o porque hemos logrado cultivar alguna hortaliza fuera de lo normal y querríamos poder reproducirla año tras año; o simplemente, por el gusto de hacerlo.

También tenemos la opción de recoger semillas e intercambiarlas con amig@s y compañer@s de afición, de esta forma nos ayudamos unos a otros a tener nuevas variedades de hortalizas con seguridad y confianza.
Flores de rábanos
En esta entrada vamos a ver como conseguir semillas de nuestros rábanos, concretamente de unos que planto en varias tandas en otoño/invierno, de la variedad redondos gigantes ecológicos, que se dan muy bien en mi huerto y de los que disfruto mucho desde octubre a marzo, luego dejo de plantarlos porque el calor en esta zona gaditana los sube a flor enseguida y requieren una gran cantidad de agua.

Tal y como os decía, la última tanda que sembré se me pusieron, sobre el mes de marzo, fibrosos y duros, por lo que decidí dejarlos para semillas. Como llovió bastante hasta el mes de abril e incluso en mayo, no los regué para nada; los dejé abandonados a su suerte.

A primeros de abril, comenzaron a subir al tallo y a abrir las flores de los rábanos, con el consiguiente aumento de polinizadores en el huerto, cosa que me alegra mucho el ver tantas abejas a mi alrededor, así como abejorros y mariposas, libando en las flores.


Una vez que terminó la floración y cayeron los pétalos, se fueron formando las vainas donde se engendraron las redondas y pequeñas semillas de rábanos.







Una vez entrado mayo, ya hace bastante calorcito por estos pagos, así que al final de este mes ya teníamos prácticamente todas las plantas y vainas completamente secas y quebradizas.
Llegados a este punto, podemos comenzar a recoger las vainas, quitándolas de la planta seca y guardándolas para desgranarlas a continuación. Debemos desechar las vainas que sean muy pequeñas o estén ennegrecidas por hongos de humedad, o no nos gusten.







Ahora, dependiendo de la cantidad de vainas recogidas, optaremos por partirlas con los dedos una a una y recogiendo las semillas, o pisarlas en un capazo o cajón para luego tamizarlas y a continuación ponerlas al viento y que se lleve los restos de cascaras de las vainas. Esta operación, me contó mi gran amigo Isidro, agricultor profesional cuando joven, la hacía allá en su México natal, junto con sus hermanos, primero se peleaban con los pájaros para que no se las comieran y luego las venteaban en una carretera apartada, donde hacía mucho viento, y éste se llevaba las cascarillas, dejando las semillas limpias.
Algo muy importante que deberemos realizar cuando recojamos nuestras semillas, es hacerles un test de germinación para ver la viabilidad de las mismas, así no guardaremos semillas estériles.
Un método muy sencillo y que utilizo normalmente es, coger una bandeja de plástico, poner una servilleta de papel doblada y en medio colocar las semillas, luego mojar con agua la servilleta y taparla para que no seque.
Mantendremos húmeda la servilleta hasta que salgan los embriones de las semillas. De esta forma veremos si son buenas las semillas para plantarlas y el número (porcentaje) que germinan con respecto a las que pusimos.

Una vez que tengamos las semillas limpias y testeadas, no quedará más que guardarlas en un frasco, bote, sobre, etc., pero bien secas, en un lugar fresco y que no reciba luz.


Bueno compañer@s, espero que os sirva esta entrada para poder obtener, recoger y guardar las semillas de vuestros propios rábanos y así emplearlas en futuras siembras de tan sabrosa y buena hortaliza, beneficiosa para tu hígado y vesícula, entre otros, y/o compartirlas y regalarlas a l@s amig@s.


Hasta pronto y sed felices

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