LA ZANAHORIA
Estimad@s amig@s, vamos en esta entrada a tratar de una de las hortalizas más conocidas por todos, y esta es la maravillosa y anaranjada zanahoria (daucus carota), aunque también existen variedades de color blanca, negra, roja, amarilla, etc.
Esta planta, natural del Asia Central (Afganistán) está en la actualidad naturalizada por todo el planeta. En principio el color de la zanahoria era púrpura, pero fue en Holanda donde desde el siglo XVI se cultivó mucho y por selección la transformaron en naranja (color de la Casa Real Orange), siendo el color más extendido en su cultivo.
De esta hortaliza lo que consumimos o aprovechamos es su raíz pivotante, que tuberiza. El tallo es corto y aplanado y posee un ramillete o penacho de hojas, que es lo que vemos por encima de la tierra; sus flores, en umbela se formarán al segundo año y son de color blanco-amarillento y dan lugar a pequeñitas semillas elípticas.
El clima idóneo para este cultivo es el templado, aunque hay variedades que se adaptan a cualquier tipo de clima.
La germinación de la semilla se produce por encima de 5º C. y la temperatura para su buen desarrollo debe estar comprendida entre 15º y18º C.
Aguanta las heladas ligeras y las temperaturas elevadas la deteriora.
Otras consideraciones a tener en cuenta para un buen cultivo es que a esta planta le gusta lugares bien iluminados, así como una humedad ambiental alta.
El cuento al suelo, es más bien exigente, por lo que para cultivar buenas zanahorias, el mejor es un suelo franco-arenoso o limoso, que quede suelto y retenga humedad, pero que drene bien el exceso de agua. Los suelos muy arcillosos o pedregrosos no sirven para el cultivo de esta planta, pues los pesados (alto contenido en arcillas) producen raíces duras, fibrosas y pequeñas, y los pedregosos las deforman.
También hay que tener en cuenta el PH, que debe ser neutro (entre 6,5 y 7,5) pues no resiste los suelos ácidos, así como la salinidad.
El aporte de estiércol hay que efectuarlo con meses de antelación a la siembra, para que no se desarrollen más las hojas que la raíz por exceso de nitrógeno. También podemos aportar al suelo compost, gallinaza, etc.
Para preparar el terreno pasaremos la moto-azada varias veces para desmenuzar la tierra, que tiene que quedar muy mullida. Luego formaremos caballones o bancalitos donde irán las semillas, que enterraremos superficialmente (máx. 1,5 cm) una vez que pase el período de heladas, dejando la separación que podamos entre ellas y unos 25 o 30 cm. entre filas; a continuación humedeceremos el terreno.
Una vez que han nacido las plantas y tienen varias hojitas, hay que efectuar un primer aclareo para dejar una separación de unos 3 cm. (dos dedos) entre mata; posteriormente, unas semanas después efectuaremos otro aclareo quitando una de cada dos, para que al final la separación entre zanahorias sea de 6 a 8 cm., de esta forma engordarán bastante.
Los riegos de este cultivo deben estar muy controlados para evitar que el terreno se seque, pues la zanahoria aguanta mal el estrés hídrico, así como los cambios climáticos bruscos y el viento fuerte.
Una función muy importante en este cultivo es la escarda de malas hierbas para evitar competencia, y sobre todo al principio, para que las malas hierbas no ahoguen a las pequeñas plantitas. También con la acción de escarda dejaremos la tierra más suelta, lo que beneficia el engorde de la zanahoria.
En cuanto a plagas y enfermedades podemos encontrarnos con los siguientes problemas en este cultivo:
Plagas: Mosca de la zanahoria, cuyas larvas hacen galerías en la raíz y paran su crecimiento; nematodos que atacan y causan grandes daños en las plantaciones, reduciendo la producción de hojas y tornándolas rojizas, raíces pequeñas y bifurcadas; pulgones que succionan savia abarquilleando las hojas y pueden ser causantes de enfermedades; gusanos del suelo como el de alambre que hacen galerías en la raíz o gris que devora por las noches las hojas.
Enfermedades: Este cultivo puede tener enfermedades producidas por hongos como el tizón temprano, el oídio, el mildiu, el picado, botritis, alternaria, etc. o por bacterias como el amarilleamiento aster, podredumbre blanca de la raíz, etc., etc.
A la hora de recoger o cosechar las zanahorias, que en mi caso ha sido a partir de los cuatro meses, pero las más tardías pueden llegar hasta los siete, hay que observarlas cuando emergen de la tierra la parte superior de la raíz y ver su grosor, que con unos 3 cm. de diámetro estarán bien para sacarlas (algunas variedades llegan a 5 cm.).
Si la tierra está suelta y húmeda las zanahorias serán arrancadas tan solo con tirar de sus hojas, luego las lavaremos muy bien y guardadas en el frigo aguantan muchos días en perfecto estado.
Para terminar os diré que la zanahoria nos aporta a nuestro organismo una alta cantidad de vitamina A, pero también B6, y C, minerales como Potasio, Magnesio, Sodio, Hierro, Fósforo, Calcio y fibra. Su consumo es muy útil para prevenir problemas de la vista como cataratas, degeneración macular, visión nocturna o poca luz, también para el buen estado de la piel y mucosas. Se le atribuye, por su capacidad antioxidante, propiedades preventivas anticancerígenas y contra enfermedades cardiovasculares.
De esta hortaliza lo que consumimos o aprovechamos es su raíz pivotante, que tuberiza. El tallo es corto y aplanado y posee un ramillete o penacho de hojas, que es lo que vemos por encima de la tierra; sus flores, en umbela se formarán al segundo año y son de color blanco-amarillento y dan lugar a pequeñitas semillas elípticas.
El clima idóneo para este cultivo es el templado, aunque hay variedades que se adaptan a cualquier tipo de clima.
La germinación de la semilla se produce por encima de 5º C. y la temperatura para su buen desarrollo debe estar comprendida entre 15º y18º C.
Aguanta las heladas ligeras y las temperaturas elevadas la deteriora.
Otras consideraciones a tener en cuenta para un buen cultivo es que a esta planta le gusta lugares bien iluminados, así como una humedad ambiental alta.
El cuento al suelo, es más bien exigente, por lo que para cultivar buenas zanahorias, el mejor es un suelo franco-arenoso o limoso, que quede suelto y retenga humedad, pero que drene bien el exceso de agua. Los suelos muy arcillosos o pedregrosos no sirven para el cultivo de esta planta, pues los pesados (alto contenido en arcillas) producen raíces duras, fibrosas y pequeñas, y los pedregosos las deforman.
También hay que tener en cuenta el PH, que debe ser neutro (entre 6,5 y 7,5) pues no resiste los suelos ácidos, así como la salinidad.
El aporte de estiércol hay que efectuarlo con meses de antelación a la siembra, para que no se desarrollen más las hojas que la raíz por exceso de nitrógeno. También podemos aportar al suelo compost, gallinaza, etc.
Para preparar el terreno pasaremos la moto-azada varias veces para desmenuzar la tierra, que tiene que quedar muy mullida. Luego formaremos caballones o bancalitos donde irán las semillas, que enterraremos superficialmente (máx. 1,5 cm) una vez que pase el período de heladas, dejando la separación que podamos entre ellas y unos 25 o 30 cm. entre filas; a continuación humedeceremos el terreno.
Una vez que han nacido las plantas y tienen varias hojitas, hay que efectuar un primer aclareo para dejar una separación de unos 3 cm. (dos dedos) entre mata; posteriormente, unas semanas después efectuaremos otro aclareo quitando una de cada dos, para que al final la separación entre zanahorias sea de 6 a 8 cm., de esta forma engordarán bastante.
Los riegos de este cultivo deben estar muy controlados para evitar que el terreno se seque, pues la zanahoria aguanta mal el estrés hídrico, así como los cambios climáticos bruscos y el viento fuerte.
Una función muy importante en este cultivo es la escarda de malas hierbas para evitar competencia, y sobre todo al principio, para que las malas hierbas no ahoguen a las pequeñas plantitas. También con la acción de escarda dejaremos la tierra más suelta, lo que beneficia el engorde de la zanahoria.
En cuanto a plagas y enfermedades podemos encontrarnos con los siguientes problemas en este cultivo:
Plagas: Mosca de la zanahoria, cuyas larvas hacen galerías en la raíz y paran su crecimiento; nematodos que atacan y causan grandes daños en las plantaciones, reduciendo la producción de hojas y tornándolas rojizas, raíces pequeñas y bifurcadas; pulgones que succionan savia abarquilleando las hojas y pueden ser causantes de enfermedades; gusanos del suelo como el de alambre que hacen galerías en la raíz o gris que devora por las noches las hojas.
Enfermedades: Este cultivo puede tener enfermedades producidas por hongos como el tizón temprano, el oídio, el mildiu, el picado, botritis, alternaria, etc. o por bacterias como el amarilleamiento aster, podredumbre blanca de la raíz, etc., etc.
A la hora de recoger o cosechar las zanahorias, que en mi caso ha sido a partir de los cuatro meses, pero las más tardías pueden llegar hasta los siete, hay que observarlas cuando emergen de la tierra la parte superior de la raíz y ver su grosor, que con unos 3 cm. de diámetro estarán bien para sacarlas (algunas variedades llegan a 5 cm.).
Si la tierra está suelta y húmeda las zanahorias serán arrancadas tan solo con tirar de sus hojas, luego las lavaremos muy bien y guardadas en el frigo aguantan muchos días en perfecto estado.
Para terminar os diré que la zanahoria nos aporta a nuestro organismo una alta cantidad de vitamina A, pero también B6, y C, minerales como Potasio, Magnesio, Sodio, Hierro, Fósforo, Calcio y fibra. Su consumo es muy útil para prevenir problemas de la vista como cataratas, degeneración macular, visión nocturna o poca luz, también para el buen estado de la piel y mucosas. Se le atribuye, por su capacidad antioxidante, propiedades preventivas anticancerígenas y contra enfermedades cardiovasculares.
Bueno compañer@s, espero que os sirva de guia esta entrada y hasta pronto.
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PD. Dejo enlace de mi video sobre este tema.
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