Granado, frutal del Edén
Granado, frutal del Edén

Es uno de los frutales que se encontraban en el Jardín de las Delicias o Edén, según cuentan, tanto el Corán como la Biblia, siendo este frutal uno de los dones de Alá y que la granada viene de Dios según refieren las Sagradas Escrituras. También la granada está representada en el templo de Jerusalén; habiéndose encontrado en una excavación en dicha ciudad la talla de una granada en marfil de 3.400 años de antigüedad.

Según el cronista andalusí Ibn Said, el califa Abd al-Rahmán I construyó la almunia de la Ruzafa, al noroeste de Córdoba, con hermosos palacios y jardines, a los que trajo especies exótica de todo tipo, y entre ellas las semillas de la granada procedentes de Siria, que posteriormente sería llamada Granada Safarí.
Desde ahí se difundió a todos los confines de al-Andalus el cultivo del granado, saltando siglos después a América.

El granado es un frutal muy rustico y duro, pudiéndose cultivar en zonas con pocos recursos hídricos y en cualquier terreno; eso no quita que le guste la buena tierra y dará mejores frutos.
Es de porte más bien pequeño por lo que se puede tener en cualquier patio o jardín.
Es importante la limpieza de vástagos de las raíces y chupones, que deberemos ir quitando para dejar el tronco limpio y que no parezca un arbusto.
Las únicas plagas que he apreciado son los pulgones que atacan las flores y gusanos barrenillos que hacen galerías en tronco y ramas.
Llegado el otoño es cuando voy recolectando las granadas que están listas, y consumo sus granos con un poco de azúcar por encima, para quitarle acidez.
Desde ahí se difundió a todos los confines de al-Andalus el cultivo del granado, saltando siglos después a América.

El granado es un frutal muy rustico y duro, pudiéndose cultivar en zonas con pocos recursos hídricos y en cualquier terreno; eso no quita que le guste la buena tierra y dará mejores frutos.
Es de porte más bien pequeño por lo que se puede tener en cualquier patio o jardín.
Es importante la limpieza de vástagos de las raíces y chupones, que deberemos ir quitando para dejar el tronco limpio y que no parezca un arbusto.
Las únicas plagas que he apreciado son los pulgones que atacan las flores y gusanos barrenillos que hacen galerías en tronco y ramas.
Llegado el otoño es cuando voy recolectando las granadas que están listas, y consumo sus granos con un poco de azúcar por encima, para quitarle acidez.


El incremento en estudios médicos, realizados en las últimas décadas, están demostrando que las buenas propiedades que desde siempre se le han atribuido a esta fruta parecen totalmente ciertas, especialmente su zumo. Aunque pendiente de la confirmación en ensayos con humanos, estos estudios parecen ser esperanzadores en el campo oncológico, investigándose también sobre la disfunción eréctil y la infertilidad masculina.
Como veis, sí que en verdad parece un frutal del paraíso y el por qué de tanta veneración desde tiempos remotos.
Espero no haberos aburrido y hasta la próxima amig@s.
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