Hola amig@s, en esta entrada voy a hablaros del cultivo de la berenjena, que es una de las hortalizas más bonitas que existen, con esa suavidad y color morado brillante, aunque también existen de color blanco, negro, violeta, alistadas, veteadas, y aunque en un principio no fue muy bien aceptada como alimento por los occidentales, llegando aún en el siglo XIX a decir que era indigesta, poco delicada e insípida, hoy en día goza de una fama culinaria bastante buena.
La berenjena (solanum melongena) es una hortaliza que procede de Extremo Oriente, se cree concretamente que de la India por haberse allí iniciado su cultivo; desconocida, o mejor dicho sin referencias escritas en Occidente, hasta que los árabes las nombraron en sus libros, como el andalusí Al Awan, en su tratado "Libro de Agricultura" (siglo XIII). Por tanto fueron los árabes, en sus invasiones, los que la trajeron a la Península Ibérica y de allí pasó a Europa y América.
Esta planta, de la familia de las Solanáceas, como el tomate, la patata, el pimiento, etc., requiere más calor que estos para su cultivo; es una planta perenne pero cultivada como anual, tallos rígidos, hojas grandes y con vellosidades en el envés y raíces profundas. Flores color violeta y frutos de buen tamaño, de varios colores y formas.
Las variedades de berenjenas están clasificadas por su forma y tonalidades del fruto y su planta:
* Esculentum.- Tamaño medio, color variable y forma más larga que ancha.
* Serpentinum.- Alargadas.
* Depressum.- Forma de pera, cortos y morados, como la berenjena de Almagro.
La berenjena es un cultivo que necesita calor para desarrollarse y dar fruto, por lo que las situaremos en nuestro huerto en una posición a pleno sol, para que reciba muchas horas de luz durante todo el verano.
Le afecta mucho las heladas, no siendo un cultivo aconsejable en zonas frías.
En cuanto al terreno, el mejor es un suelo suelto, con buen drenaje, profundo y al que le habremos agregado estiércol o compost con antelación, y habremos realizado unas pasadas con la motoazada para dejarlo mullido.
Para obtener los plantones de berenjenas, tendremos que hacer un semillero en enero o febrero, teniendo en cuenta que la temperatura mínima de germinación es de 15 grados C., para que en el mes de abril podamos trasplantarla al lugar definitivo. También podemos optar por comprar plantones en algún vivero o tienda especializada.
Una vez que los plantones tengan unos 10 cm. y no haya riesgo de heladas, los pondremos en el pie del caballón, distanciando las matitas unos 50 cm., o más, unas de otras, pues crecen bastante y para que no haya competencia por los nutrientes. A continuación regaremos y mantendremos el terreno siempre con algo de humedad, pues esta planta acusa el estrés por déficit hídrico con rapidez y las hojas quedan lacias, sin vigor, y podemos perder las flores.
Recordar que es un cultivo que necesita de aporte de agua de forma regular, sobre todo cuando están engordando los frutos.
A medida que la planta va creciendo, iremos aporcándole tierra del caballón al pie, así la mantendremos erguida, contra el viento y el peso de las berenjenas, además de airear la tierra y dejarla suelta.
Otros mantenimientos aconsejables para este cultivo son la escarda de malas hierbas, el entutorado de las plantas para evitar que caigan por el peso de sus frutos o el viento, así como el raleo o aclarado de frutos si nuestras plantas tienen un número excesivo de ellos, así serán más grandes y de mejor calidad las berenjenas. También se efectúan poda de tallos para dejar 2, 3 ó 4, o deshojado de las plantas, para favorecer la precocidad y aireación, pero estas labores van encaminadas a la producción industrial en invernaderos más que al cultivo al aire libre, donde las hojas evitarán quemaduras de sol a los frutos; eso sí, hoja que veamos enferma, la quitaremos inmediatamente y la quemaremos.
Una vez que nuestras berenjenas han engordado y están hermosas y brillantes y con un peso máximo aproximado de unos 250 gramos, será el momento de ir cortándolas a ras de la rama con una tijera de podar, pues el pedúnculo es duro y si tiramos podemos partir la rama. Si dejamos que nuestras berenjenas se pongan muy grandes, estas se llenarán de semillas y no tendrán tan buen sabor.
En cuanto las cortemos de la planta tendremos que meterlas en el frigo pues si no perderá la piel su tersura y tendrá mal aspecto.
Para recoger semillas para la próxima temporada, dejaremos crecer algún fruto, a poder ser de los primeros y más pegados al tronco, sano y bonito. Esperaremos que madure en la mata y quede pasado (no podrido), lo abriremos y sacaremos sus semillas que lavaremos y secaremos rápidamente, guardando luego en lugar seco; teniendo estas semillas un poder de germinación de más de 6 años.
Las enfermedades y plagas que pueden dañar a nuestras matas de berenjenas pueden ser:
Plagas: Mosca blanca, que es la que más me ha afectado en alguna ocasión, así como la araña roja. Luego también podemos encontrar pulgones, trips, nemátodos y algunos tipos de orugas.
Para combatir estas plagas podemos usar insecticidas y acaricidas a base de aceite de neem por ejemplo.
Enfermedades: Podredumbre gris (botrytis cinerea), mildiu (phytophtora nicotinae), tizón temprano (alternaria solani), oídio (leveillula taurica), además de virus mortales inoculados por pulgones o trips.
Para estas enfermedades podemos usar fungicidas de cobre biológicos o azufre, o realizar algún preparado casero a base de leche, manzanilla, cola de caballo, etc.
En cuanto al valor nutritivo de la berenjena podemos destacar que nos aporta a nuestro organismo vitaminas A, C, B1 y B2, y minerales como Fósforo, Calcio, Hierro, Sodio y sobre todo Potasio.
Bueno amig@s, como siempre espero que os haya gustado y os sirva esta entrada para ayudaros en el cultivo de las magníficas y nutritivas berenjenas, que no son difíciles de cultivar y son muy productivas, ya que con unas cuantas matas que pongamos en nuestro huerto tendremos frutos para regalar.
Otros mantenimientos aconsejables para este cultivo son la escarda de malas hierbas, el entutorado de las plantas para evitar que caigan por el peso de sus frutos o el viento, así como el raleo o aclarado de frutos si nuestras plantas tienen un número excesivo de ellos, así serán más grandes y de mejor calidad las berenjenas. También se efectúan poda de tallos para dejar 2, 3 ó 4, o deshojado de las plantas, para favorecer la precocidad y aireación, pero estas labores van encaminadas a la producción industrial en invernaderos más que al cultivo al aire libre, donde las hojas evitarán quemaduras de sol a los frutos; eso sí, hoja que veamos enferma, la quitaremos inmediatamente y la quemaremos.
Una vez que nuestras berenjenas han engordado y están hermosas y brillantes y con un peso máximo aproximado de unos 250 gramos, será el momento de ir cortándolas a ras de la rama con una tijera de podar, pues el pedúnculo es duro y si tiramos podemos partir la rama. Si dejamos que nuestras berenjenas se pongan muy grandes, estas se llenarán de semillas y no tendrán tan buen sabor.
En cuanto las cortemos de la planta tendremos que meterlas en el frigo pues si no perderá la piel su tersura y tendrá mal aspecto.
Para recoger semillas para la próxima temporada, dejaremos crecer algún fruto, a poder ser de los primeros y más pegados al tronco, sano y bonito. Esperaremos que madure en la mata y quede pasado (no podrido), lo abriremos y sacaremos sus semillas que lavaremos y secaremos rápidamente, guardando luego en lugar seco; teniendo estas semillas un poder de germinación de más de 6 años.
Las enfermedades y plagas que pueden dañar a nuestras matas de berenjenas pueden ser:
Plagas: Mosca blanca, que es la que más me ha afectado en alguna ocasión, así como la araña roja. Luego también podemos encontrar pulgones, trips, nemátodos y algunos tipos de orugas.
Para combatir estas plagas podemos usar insecticidas y acaricidas a base de aceite de neem por ejemplo.
Enfermedades: Podredumbre gris (botrytis cinerea), mildiu (phytophtora nicotinae), tizón temprano (alternaria solani), oídio (leveillula taurica), además de virus mortales inoculados por pulgones o trips.
Para estas enfermedades podemos usar fungicidas de cobre biológicos o azufre, o realizar algún preparado casero a base de leche, manzanilla, cola de caballo, etc.
En cuanto al valor nutritivo de la berenjena podemos destacar que nos aporta a nuestro organismo vitaminas A, C, B1 y B2, y minerales como Fósforo, Calcio, Hierro, Sodio y sobre todo Potasio.
Bueno amig@s, como siempre espero que os haya gustado y os sirva esta entrada para ayudaros en el cultivo de las magníficas y nutritivas berenjenas, que no son difíciles de cultivar y son muy productivas, ya que con unas cuantas matas que pongamos en nuestro huerto tendremos frutos para regalar.
Hasta la próxima compañer@s.
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