jueves, 1 de noviembre de 2018

Cómo recoger nuestras propias semillas de berenjenas.

CÓMO RECOGER NUESTRA PROPIAS SEMILLAS DE BERENJENAS





     Hola querid@s amig@s, hoy vamos a seguir con la recogida de semillas de nuestros cultivos, para así conservar algún cultivo tradicional, ahorrarnos algún dinerillo o simplemente por el puro placer de cerrar el círculo de los cultivos.

Ya vimos en otras entradas anteriores como conseguir y recoger las semillas de lechugas y rábanos, así que vamos a ver como lograr las de berenjenas en este caso.

Lo primero que haremos será buscar la mata más bonita y lozana de nuestro sembrado, esa que destaca de entre las demás. Esperaremos que tenga sus flores y luego comiencen a engordar las berenjenas, para de entre ellas seleccionar la más precoz y céntrica de la mata, que tenga por supuesto un buen aspecto, tamaño y tersura.

Una vez que le hemos echado el ojo a nuestra preciosa berenjena, lo que deberemos hacer es marcarla con alguna señal para no recolectarla sin querer; pudiendo emplear algún cordón de un color que destaque para que sea muy visible, y lo amarraremos alrededor de ella.

Dejaremos que nuestra berenjena engorde y madure de forma placentera y tranquila en su mata, así transmitirá a sus semillas toda su carga genética. Llegará un momento que comenzará a ponerse de otro color y un poco pasada, y este será el momento oportuno de cortarla de su mata.
Ya tenemos la berenjena madre en el interior donde la dejaremos unos días para que se deshidrate todo lo posible antes de abrirla. 

Para sacar las semillas, cortaremos la berenjena de forma longitudinal en dos mitades, y ayudados por una cucharilla o con los dedos iremos despegándolas de su carne, procurando que las semillas estén lo más limpias posibles, sin restos.


Una vez que hemos sacados todas las semillas procederemos a enjuagarlas bajo un chorro de agua limpia, ayudados de un colador.
Cuando estén bien limpias y sin pulpa, las colocaremos sobre un papel o tela puesto sobre una bandeja, para que sequen muy bien.

Como este cultivo es de verano y hará mucha calor, pues tendremos nuestras semillas secas en pocos días, y listas para guardarlas.

Como siempre, les efectúo antes de guardarlas un test de germinación para comprobar que las semillas son válidas para un próximo cultivo, así no guardaré semillas malas o que germinen pocas, y evitaré sorpresas y retrasos cuando las plante el próximo año.

Para realizar el test simplemente pondremos unas cuantas semillas entre una servilleta doblada y sobre algún recipiente o bandeja, humedecemos las servilleta y tapamos para que no pierda humedad. Pasado unos cuantos días (a mi me tardan dos semanas), las semillas habrán germinado y nos indicarán que son válidas. Caso de que no germinen podemos optar por repetir el test, y si siguen sin germinar la mejor opción es tirar las semillas.

Una vez que hemos visto que las semillas son viables, ya solo nos queda introducirlas en un sobre, bolsita o frasco, donde indicaremos siempre a que hortaliza y variedad pertenecen y esas semillas y la fecha en la que las guardamos. Para terminar, las depositaremos en un lugar a oscuras y fresco, para que así se alargue lo más posible el poder de germinación de las semillas y podamos usarlas durante varios años.

Bien amig@s, como veis más fácil no puede ser el conseguir nuestras propias semillas de los cultivos que plantamos y cuidamos en nuestro huerto, eso sí, guardar principalmente las semillas que sean de variedades tradicionales o eco, pues las hibridadas pierden rápidamente las propiedades iniciales o simplemente no son fértiles. Hay que tender a la agricultura típica de cada zona, con variedades locales y a la biodiversidad de especies, en contraposición a la política de las grandes empresas agroalimentarias que fomentan el cultivo de unas cuantas variedades (las más rentables para ellas), y que seguramente  estarán tratadas y/o modificadas genéticamente.


Hasta la próxima compañer@s.

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