viernes, 24 de marzo de 2017

Suelos de Cultivo.


SUELOS DE CULTIVO




Hola amig@s, quiero en esta entrada hablar sobre el suelo de nuestros huertos, campos, macetas o jardineras, que según la R.A.E. es el conjunto de materias orgánicas e inorgánicas de la superficie terrestre, capaz de sostener vida vegetal.

La parte inorgánica de nuestro suelo está formada por fragmentos de rocas y minerales, y la orgánica de los restos de seres vivos en diferentes estados de descomposición, como los excrementos, restos vegetales, madera, etc., y cuando la descomposición de estos residuos está muy avanzada se llama "humus". Esta material orgánica es la que favorece la vida del suelo de una inmensidad de seres vivos (bacterias y hongos) que degradan la materia orgánica a inorgánica asimilable para las plantas y los que remueven el suelo (lombrices), aireándolo y evitando su apelmazamiento, además de enriquecerlo con sus deyecciones.

Los suelos, atendiendo a su textura, que es la proporción de arena, limo y arcilla que posee, los clasificamos en los siguientes tipos:

Arenosos: Textura gruesa. Cuando abunda más las partículas del tamaño arena (0,2 mm. a 0,05 mm.). Poca capacidad de retener agua.
Limosos: Pueden ser con textura moderadamente gruesa a moderadamente fina. Son los limos los que más abundan (0,02 mm. a 0,005 mm.).
Arcillosos: Textura muy fina.
Cuando abundan las arcillas (<0,002 mm.). Poca aireación y se encharca con facilidad. También se les llama suelos pesados.

La textura del suelo influye mucho en la permeabilidad, aireación y la capacidad de retención de agua y nutrientes.

Cuando está formado por los tres tipos, arena, limo y arcilla, en buena mezcla y proporción es un suelo equilibrado, y tiene una textura franca, y es lo más deseable y beneficioso para los cultivos, pues es ligero, aireado y permeable.

Las partículas superiores a 0,2 mm. son las arenas gruesas  o gravas (gravilla, guijarros, etc.), evitan la excesiva unión del suelo, teniendo mejor aireación y drenaje y facilitando el trabajarlo.
A la forma en la que se unen las diversas partículas se llama estructura, formando grumos, y al igual que la textura, tiene gran importancia sobre las propiedades del suelo. Estos grumos se forman principalmente gracias a la materia orgánica, y los espacios que hay entre grumos, que son los poros,  es por donde circula el aire y el agua. A su vez estos grumos se unen formando grupos mayores.

La estructura del suelo se clasifica en:
Sin estructura.
Estructura granular. Grumos de forma más o menos esférica.
Estructura laminar. Grumos aplanados.
Estructura poliédrica. Grumos con formas poliédricas.

La textura y la estructura, al final, condicionan el tamaño de los poros que tendrá el suelo, y a su vez esto determinará la permeabilidad.

En los suelos con textura arenosa, la porosidad entre sus partículas es grande, haciendo un suelo permeable, por lo que el agua bajará a profundidad donde las raíces no llegan. Por el contrario, un suelo con textura arcillosa, las partículas son tan pequeñas que no dejan huecos entre sí, produciendo compactación del terreno y asfixia de las raíces, además de quedar encharcado.

Por tanto los mejores suelos para el cultivo en cuanto a porosidad y permeabilidad son los que tienen una estructura que deje suficientes poros, y textura franca que tiene poros de todos los tamaños para el agua y el aire.

En función de todo esto, diseñaremos el sistema de riego más apropiado a nuestro suelo de cultivo y la cantidad de agua efectiva para el buen desarrollo de nuestras plantas.

Bueno amig@s, espero que esta entrada os sirva para conocer algo mejor el suelos donde se desarrollan nuestros cultivos.

Hasta pronto amig@s



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