viernes, 22 de diciembre de 2017

Aporte de Estiércol en la Huerta.

estiercol

EL  ESTIÉRCOL




Compañer@s de afición y amig@s, quiero en esta entrada hablaros del mejor aliado que tenemos todos los que nos dedicamos a cultivar hortalizas en nuestros huertos, aunque también se puede emplear en árboles frutales y otros tipos de plantas, el es: "don estiércol".

Por Plinio el Viejo, sabemos que ya en el Imperio Romano, los agricultores agregaban estiércol a las tierras del cultivo para "darles calor", y así siguió la humanidad hasta que en 1840 el químico Justus von Liebig describió la Química Orgánica y su aplicación a la agricultura, e inventó el fertilizante químico.

Aún siendo consciente de que los abonos químicos tendrán que seguir existiendo (de momento) para poder producir alimentos a escala planetaria, y así mantener a una población cada vez más numerosa, no es menos cierto que hasta un 40% de los cereales producidos en la tierra van para alimento del ganado y una tercera parte de las pescas, también. Además más de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierden o desperdician. El Consejo para la Alimentación Mundial de la O.N.U. calculó que con solo un 10 o 15% del grano destinado a la alimentación del ganado, bastaría para satisfacer las necesidades calóricas de la quinta parte de la humanidad que pasa hambre y las necesita para vivir. Como veis, no se trata de cantidad, sino de mentalidad. Comemos mucha carne, por lo tanto hay que producir mucho cereal para el ganado, por ende hay que emplear mucho abono químico, eso sin contar las inmensas extensiones de suelo para cultivo y el agua necesaria. Así nos hacen ver que no hay alternativa si queremos comer; pero si que la hay. Lo que tendríamos que ser es más eficientes; pero el "mercado" manda.



Bueno amig@s, todo esto viene a cuento de que muchas personas aún no creen, o no les interesa creer, que hay otras formas de producción de alimentos más eficientes, limpias y sanas, además de cuidar el suelo para que no sufra un agotamiento acelerado de materia orgánica y termine perdiendo su capacidad productiva.

Nuestros suelos están vivos; gracias a la actividad microbiana la materia orgánica se va descomponiendo poco a poco, así que tenemos que aportar más materia orgánica si queremos que siga desarrollándose esta actividad biológica. Así nuestros aliados en los primeros centímetros de la tierra son bacterias, hongos y lombrices, que gracias a ellos se produce la descomposición y transformación de los aportes de compost, estiércol, etc.  

Si compañer@s, aunque el estiércol es caca de la vaca, o de caballo, gallina, paloma, cerdo, ovejas, conejo, etc., es el mejor aporte que podemos darle a nuestra tierra para mejorarla, porque no solo añade al suelo nitrógeno, fósforo y potasio, sino que lo enriquece aportándole materia orgánica que mejora la estructura de este, la porosidad y además aumenta la capacidad de retención de agua.

La materia orgánica del estiércol está formada por las heces de los animales, los orines y la paja de la cama. Todo esto, una vez fermentado y descompuesto, aportará humus a nuestra tierra y le dará una textura diferente, e irá mineralizándose e incorporando al suelo de forma gradual durante varios años: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K), además de Calcio (Ca), Magnesio (Mg) y Azufre (S) y otros elementos en menor proporción; además aumenta ligeramente el PH del suelo.  

Lo que si lleva implícito la incorporación del estiércol a la tierra es la rotación de los cultivos, pues con el abono químico basta con añadirlo antes de un cultivo y el suelo adquiere el nivel (NPK) necesario para el desarrollo de este. No así los del estiércol que irán disminuyendo con cada siembra que hagamos, por lo que se impone variar las especies a sembrar para evitar que el terreno se agote por la exclusiva alimentación de una sola especie vegetal.

La mejor forma de aportar el estiércol al suelo es echarlo a la tierra y enterrarlo lo más pronto que podamos, así perderá menos Nitrógeno que si lo dejamos en la superficie. Si no lo utilizamos todo, lo dejaremos apilado lo más alto posible y lo taparemos en caso de lluvia para que el agua no produzca lixiviación (el N es arrastrado por el agua de lluvia).

Otra cuestión es la cantidad de estiércol que echaremos en nuestra parcela de siembra. La cosa no es baladí, pues todo dependerá de la zona geográfica y la composición del suelo, por ejemplo la zona noroeste de la Península Ibérica es la más rica en humus en el suelo (>5%), siendo el mínimo recomendado de un 2% de materia orgánica. También influye si el suelo es arenoso, franco o arcilloso, o si años anteriores le aportamos compost o estiércol, etc. 
Mapa de Materia Orgánica
en los suelos de España.
(INIA)
Viendo lo que los Ingenieros agrónomos y químicos dicen que es necesario por hectárea, serían desde 2,5 kg/m2 en suelos arenosos, cada 2 años, hasta 5 kg/m2 en los arcillosos cada 3 años.

Yo como soy un poco bruto y esas cantidades las veo cortitas, le estoy echando actualmente al suelo de mi huerto, que es arenoso, unos 7 kg/m2.

Hay que tener en cuenta que podemos producir contaminación, tanto del agua con los nitratos que posee el estiércol, como del aire por los malos olores que desprende cuando está fresco. Por lo tanto debemos evitar apilarlo cerca de corrientes de agua y no esparcirlo sobre un suelo helado o nevado, especialmente si el terreno tiene pendiente, y a ser posible tenerlo almacenado sobre una superficie hormigonada, para evitar filtración de nitratos a aguas subterráneas.

Buenos amig@s, espero que esta entrada sirva para que tengamos más claro la gran importancia que tiene el estiércol en nuestro suelo, pues a parte de todo lo anterior, os aseguro que el sabor de nuestros frutos es inmensamente superior a los producidos con abonos químicos, con mejor calidad nutritiva, color y sobre todo sin contaminantes.


Para otro día dejaremos la pregunta: "que animal produce el mejor estiércol".

Hasta pronto y sed felices.





"Hoy comemos más, desde luego, pero no mejor"

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