miércoles, 20 de julio de 2022

Pitahaya.

 LA PITAHAYA

CUIDADOS Y NECESIDADES EDAFOCLIMÁTICAS



     Saludos amig@s. En esta nueva entrada quiero hablaros de una planta americana que poco a poco se está introduciendo en nuestros huertos y cultivos desde hace unos años, y es la pitahaya cuyo nombre científico es "Hylocereus undatus" la más conocida de ellas, aunque hay otras variedades.

Esta planta es un cactus de selva que da una fruta magnífica llamada "fruta del dragón", y es originaria de América central y México.

Este cactus lo forman unas ramas-hojas llamadas "Cladodios", que pueden medir desde 15 cm. hasta los 2 metros de largo, tienen sección triangular con espinas, separados unos de otros por un pequeño tallo.

Las raíces primarias están bajo tierra a una profundidad de entre 5 y 25 centímetros y cubren unos 30 cm. alrededor de la planta. Las secundarias son con las que se agarran a otras plantas y árboles para sostenerse, pero también les sirven para recoger humedad ambiental y nutrientes.

Su flor es espectacular, de unos 33 cm. de larga, y es hermafrodita, aunque se polinizan también con otras plantas. Es de color verde y pétalos blancos, siendo flor de una sola noche, abriendo al anochecer y cerrándose a primeras horas de la mañana. En sus zonas de origen son polinizadas por una variedad de murciélagos. Las cultivadas en otras zonas tienen que ser polinizadas manualmente.
Esta flor, que se producen normalmente al 2º año de la plantación, da lugar a un precioso y rico fruto, que dependiendo de la variedad tendrá un color u otro.

La pitahaya es muy rústica, y se adapta a casi todo tipo de suelos, pudiendo vivir en los secos, pobres y pedregosos, aunque prefiere los francos-arenosos, con materia orgánica, húmedos y con buen drenaje. El pH óptimo está comprendido entre 5,5 y 6,5; como veis un poco ácido.

Las temperaturas óptimas de cultivo están comprendidas entre los 20 y los 30 grados centígrados, y puntualmente pueden aguantar los 5 ºC. y hasta los 40 ºC., pero a partir de -2 ºC. la planta muere.
En cuanto a los riegos, se estima que pueden estar comprendidos entre los 16 litros semanales en verano y 8 litros en inviernos, promediando entre estas cantidades en las estaciones intermedias. Huelga decirlo, pero en caso de lluvias no se regará. Decir también que es muy sensible al encharcamiento.

A la pitahaya le gusta la luz indirecta, dado que vive en su estado natural bajo la copa de los árboles, por lo que hay que tener cuidado de no exponerlas al sol pleno y procurarles algo de sombra, sobre todo en las horas centrales del día en verano, puesto que puede quemarlas.

Esta planta necesita buenos tutores para ser aguantada, puesto que en estado salvaje vive enredadas en árboles donde se aguantan con las raíces secundarias que va echando. Para dar forma a esta planta iremos dejando al principio solo un tallo vertical hasta una altura, como hemos dicho, de unos dos metros (o altura del tutor), para lo cual iremos quitando todos los cladodios laterales y al llegar a dicha altura lo cortaremos para que ramifique. Luego iremos aclarándola, quitando los cladodios improductivos y entrecruzados, sobre todo en la parte más baja, así se aireará y evitaremos enfermedades fúngicas y mejor manejo a la hora de polinizar las flores.
Los principales elementos necesarios para su crecimiento y desarrollo son Nitrógeno y Potasio, que son los que les suministraremos en mayor medida.

Su reproducción se realiza normalmente por esquejes, aunque también por semillas, pero este es un proceso muy lento. Los esquejes enraízan con mucha facilidad en un sustrato que drene muy bien.

En cuanto a enfermedades y plagas, esta planta se encuentra libre de ellas por ser una especie importada, aunque puede sufrir pudrición del tallo que corregiremos cortando la parte afectada.

Entre las variedades más conocidas de pitahayas están la Hylocereus undatus o pitahaya blanca, Hylocereus megalanthus e Hylocereus costaricensis.

Deciros que he plantado este año en el mes de febrero dos pitahayas undatus en mi huerto al aire libre, para ver como se dan. Por el momento van creciendo bien y las tengo protegidas del sol del verano con unas mallas para que no se quemen; las riego cuando el sustrato se seca y de momento no dan signos de enfermedad alguna, pero me preocupa el invierno cuando las temperaturas bajen mucho, por lo que tendré que buscar un sistema que las cubra los días de heladas.

Y bueno amigos, hasta aquí por hoy sobre este cactus de selva que espero poder sacar adelante en mi huerto y así disfrutar de esta rica y beneficiosa fruta del dragón, y que poco a poco se pueda ir adaptando a nuestro clima del sur de la Península Ibérica.

Hasta pronto y sed felices. 

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