viernes, 2 de octubre de 2020

El acolchado o mulching en el huerto.

EL ACOLCHADO EN EL HUERTO




     Hola de nuevo compañer@s. Vamos a hablar en esta entrada de una forma de proteger los suelos de cultivo de las inclemencias meteorológicas y a la vez de reducir el gasto de agua de riego con la técnica del acolchado, o más conocida en todo el mundo por las palabras inglesas mulch o mulching.

Aunque hoy en día podemos encontrar en el mercado muchos modelos de plásticos para realizar acolchado, incluso biodegradables, no voy a tratar sobre ellos puestos que para mi no son compatibles con huertos orgánicos. Me limitaré a los materiales naturales y que al final de su aprovechamiento enriquecerán el suelo en lugar de ser un problema medioambiental.

Durante las temporada estivales, en zonas con pocas precipitaciones anuales o durante ciclos de sequías, la disponibilidad de agua para riego en campos y huertos depende principalmente de los pozos que extraen agua de los acuíferos, pero estos sufren bajadas en su nivel e incluso llegan a secarse si se someten a una sobreexplotación, por tanto se impone por parte de todos los que nos servimos de ellos hacer un buen uso y poner todos los medios disponibles para no agotarlos, siendo uno de estos medios el acolchado o mulchin.

La técnica del acolchado es tan antigua como la agricultura, y consiste básicamente en tapar unos centímetros la tierra de cultivo con algún material para que los rayos solares, el viento, las altas temperaturas, etc., no incidan directamente sobre ella, evitando la evaporación directa del agua y por tanto la sequedad de la tierra, o también para que las lluvias fuertes no arrastren la capa superior de la misma. En otras ocasiones se emplea para proteger del frío los semilleros, haciendo germinar las semillas en menos tiempo, o para resguardar algunos cultivos de las heladas.

Al mismo tiempo, al sombrear la tierra y hacer que esta no seque, aumenta el número de microorganismos (bacterias, hongos, etc.) y otros seres vivos como las lombrices, que pueden vivir mejor y reproducirse más, y por tanto humidificar en mayor medida la capa superior, aireándola al cavar sus túneles y también hace que el agua se infiltre mejor por ellos, acrecentando por tanto la fertilidad del suelo.

Otras de las ventajas que el acolchado nos brinda es que imposibilita el crecimiento de muchas de las malas hierbas que afectan a los cultivos, dado que bloquea los rayos solares que estas plantas necesitan para su buen desarrollo.

El acolchado se puede emplear, además de en todo tipo de cultivos  de hortalizas, en árboles frutales, principalmente cuando son pequeños o recién plantados.

Para hacer una capa de acolchado podemos emplear muchos materiales como paja, pasto, hojas, viruta de madera, recortes de césped, cortezas de arboles, etc., pero es imprescindible que estén totalmente secos, para evitar transmisión de enfermedades a los cultivos y que no se pudra rápidamente. Para secarlos los dejaremos unos días al sol hasta que veamos que ya no tienen humedad. Es importante colocar el acolchado una vez que las plantas tengan unos cuantos centímetros de altura y sean resistente para evitar taparlas o dañarlas.

El material utilizado en el acolchado, al ser materia 
orgánica, una vez que se ha degenerado y se descompone contribuye con sus elementos al enriquecimiento del suelo, siendo un buen abono orgánico para las plantas, además de hacer más esponjosa la tierra durante el proceso de descomposición.

Como caso práctico os diré que durante los veranos, que aquí en la zona de Cádiz son bastante calurosos y con algunos días de fuertes vientos de levante, tenía que regar mis cultivos de verano de tomates, pimientos, berenjenas, calabazas, etc., cada tres días, pero utilizando el acolchado de paja el número de días entre un riego y otro es de 6 ó 7, por lo que he duplicado los días de la frecuencia entre riegos y por tanto he reducido a la mitad el consumo de agua. Ahí lo dejo. 

Tanto si empleamos riego por goteo o surcos, esparciremos el material a emplear como acolchado de forma que tapemos todo lo posible el terreno, con una capa de uno o dos dedos de grosor. Cuando llenemos los surcos con agua no conviene dar mucha presión para que no arrastre el material del acolchado.


En definitiva, el emplear acolchado en nuestros cultivos nos proporcionará muchas ventajas como:

  • Protección de cultivos y el suelo de agentes atmosféricos (calor, frío, granizo, lluvias, vientos, etc.)
  • Reducción del agua de riego.
  • Impedir la proliferación y desarrollo de malas hierbas.
  • Mantener la humedad de suelo durante más tiempo.
  • Evita que se forma costra superficial.
  • El sistema radicular de las plantas sufre menos por el calor, desarrollándose más y mejor.
  • Impide o reduce el lavado de elementos fertilizantes del suelo por fuertes lluvias.
  • Mejora la textura y calidad del suelo al aumentar la materia orgánica.
  • Favorece la actividad de la microfauna.
  • Protege a los frutos al impedir que toquen la tierra.

Para finalizar diré que había zonas pobres de la Tierra, sobre todo por la escasez de agua, donde antes no se podía cultivar en verano y ahora, gracias a la implantación de esta técnica, tienen excelentes cosechas y pueden alimentar a su población.

Bueno amig@s, espero que os ayude esta entrada porque creo que el empleo del acolchado en nuestros cultivos nada más que tiene ventajas, así que os animo a ponerlo en práctica y ya veréis como una vez que uno se acostumbra a hacerlo no es un trabajo más, es una gran ayuda.

Hasta pronto y cuidaros mucho. 


          

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